CON MI AMIGA

Sexo con mi amiga: las dos solas en mi cama

 Tenia yo 15 años y esa noche con ella, mi amiga, estábamos las dos solas en casa; noche de sábado aburrida si las hay, no sonaba el teléfono y no aparecieron propuestas para salir.

Hacíamos zapping con la tv, las dos tiradas en mi cama, pasábamos de canal en canal y mientras tanto empezamos a hablar de los chicos con los que habíamos estado y de lo aburrido que se tornaba hacer con ellos siempre lo mismo.

Agarré yo el control remoto y pasando los canales detengo mi búsqueda en el canal XXX, ahí había una película en donde dos chicas se besaban y se tocaban entre ellas. Ella miraba atentamente la escena y yo la miraba a ella, sintiendo como su respiración se agitaba con cada beso que las chicas de la película se daban, ella movía su pelvis casi sin darse cuenta.

-Te calienta? -me preguntó

- A vos? -contesté yo

- No , yo te pregunte a vos !!! -ella dijo

- A vos que te parece? -respondí, agarrándole la mano y posándosela sobre mi pecho.

Espere unos segundos inmóvil para ver cual era su reacción, tenía miedo de ser rechazada o que se lo tomara a mal, pero ella no sacó mi mano.

Entonces me puse de costado mirándola  y comencé sutilmente a tocar sus pechos, esos dulces y suaves pechos, turgentes y perfectos cuyos pezones se erizaban al contacto de mis caricias. Mi boca se acercó a sus labios lentamente y nuestras bocas se entrelazaron en un beso en el cual nuestras lenguas se buscaban ansiosamente, nunca había sido besada por una mujer, no sabía lo que era estar con una mujer en la cama.

Ese beso femenino cuya delicadeza no me olvido hasta el día de hoy, fue sin dudas el puntapié inicial para lo que vendría después. Ella me llevó las manos hacia su sexo, yo toqué por primera vez la humedad suya, mis dedos acariciaban sus labios y la penetraban toda, ella se movía acompañándome con su cadera, ella pedía más y más, entonces bajé con mi boca y rocé su clítoris con mi lengua, estaba erecto y ella me pedía más , que la siga saboreando, así... largo rato, disfrutaba de los gemidos que hacía y sabía que le estaba dando placer intenso, ya casi llegando a su orgasmo me pidió que acelerara el ritmo y así lo hice, mis lamidas eran mas intensas y mis dedos la penetraban más fuerte, así, su sexo explotó en mi boca, pude sentir como su jugo golpeaba mi lengua y sabía lo que sentía porque al ser mujer podía entender perfectamente cuales eran sus sensaciones. Al terminar me miró y sonrió.

Se levantó prontamente de la cama y yo quedé acostada, me hizo poner boca arriba, ahora me tocaba a mí.  En un momento desapareció y se fue al living de casa, a los pocos segundos apareció, trayendo entre sus manos un marcador de esos gruesos que se usan para dibujar, sin mediar palabra, abrió mis piernas, tocó mi humedad, tomó el marcador y me lo introdujo en la vagina, una y otra vez, lo metía y lo sacaba mientras con sus dedos acariciaba mi clítoris y con su lengua mis pechos, no daba más... como me hacía sentir esa mujer... mis gritos eran incontenibles, pero no me dejó llegar al orgasmo, sacó el marcador de dentro de mí y lo chupó, tomándose mi jugo. Ahi yo estaba extasiada totalmente, cuando ella se puso sobre mí apoyando su vulva sobre la mía, nos movíamos mucho, nuestras vulvas se mezclaban, nuestros clítoris se sentían, nos agarrábamos los pechos y los lamíamos las dos. La fricción era cada vez más intensa y las dos lo disfrutábamos demasiado, las dos estábamos descubriendo lo que se sentía estar con otra mujer.

Así... en un momento no dábamos más, la pasión nos había llevado a un punto en donde no había retorno y las dos juntas, llegamos al más hermoso de los orgasmos lésbicos.

Juramos que esto sería uno de los tantos secretos que guardaríamos para siempre, un secreto entre amigas