DESMONTANDO A "CENICIENTA" 2
Por franciscomiralles
Enviado el 09/03/2017, clasificado en Reflexiones
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Las hermanas Dupon maltratan, hacen sufrir a Cenicienta porque antes ellas lo han pasado
mal debido al injusto trato que han recibido de su padrastro en plena adolescencia, al subir
éste en un pedestal a su hija natural que le hacía minusvalorar a las otras. Para medir la altura
en la que está uno se toma como referencia desde la pequeñez en este caso moral del otro.
Sin embargo ya sabemos lo peligroso y falso que es magnificar a alguien en un pedestal
porque quien está arriba inevitablemente llegará el día en que vendrá otro sujeto que vea las
cosas de otra manera y echará a golpes, con críticas a quien esté subido allí.
Luego desde otra óptica distinta al esquema moral de este cuento, es que para mí las
verdaderas protagonistas del mismo son las desgraciadas hermanas Dupon, que son las que
exteriorizan el conflicto familiar que no deja de ser muy humano.
En cuanto a la boda de Cenicienta con el príncipe, ella al ser incapaz de profundizar en nada,
se equivocó al dejarse deslumbrar por sólo la estética de las apariencias reales que
contrastaban con una desagradable realidad subyacente; una equivocación que todavía hoy en
día cometen muchas personas en la vida cotidiana.
Por tanto, hay que ser valiente y arriesgarse a pensar tratando de ir más allá de lo establecido
o "políticamente correcto" para alcanzar el fondo de un asunto humano; sobre todo tratando
de contemplar otro punto de vista diferente al propio porque tal vez sea ahí se encuentre la
verdad que nos puede ayudar a resolver el problema. Pero para eso, y sé que es difícil de
conseguir, es necesario hacer un esfuerzo y dejar de lado el viejo esquema sin matices de
bueno-malo; blanco-negro, lo cual nos permitirá avanzar en nuestro yo interior.
Claro que esta ductilidad para poder escuchar a alguien con otra versión de los hechos en la
que se puede encontrar la clave para solucionar el problema tropieza con un serio escollo, que
es el narcisismo que se agazapa en muchas sensibilidades desde tiempos inmemoriales.
Según el mito del poeta romano Ovidio, Narciso era el hijo guaperas del dios Apolo el cual se
miró en la superficie de un lago, y quedó tan enamorado de sí mismo, que no quiso escuchar
la llamada de una ninfa llamada Ekea, la cual al ver la indiferencia de aquel presuntuoso se
convirtió en una roca. Mas Narciso al estar tan subyugado de su imágen perdió pie y cayó
al agua convirtiéndose por tanto en la planta narciso.
Por otra parte, en un problema, sólo solemos ver el efecto que éste produce porque su
verdadera causa permanece oculta, no es espectacular, cuando dicho efecto no es más que
la punta del iceberg del mismo, y que es lo que trasciende, lo que nos afecta en nuestro
ámbito vital. También cometemos el error que sólo nos preocupamos en hallar la intrínsica
causa de un problema para encontrar la solución en el aspecto material como en el trabajo
porque de ello depende nuestra substencia, o en lo referente a la salud física. Pero no damos
ninguna importancia a un conflicto espiritual, y nos aferramos al discurso tradicional antes
mencionado.
No obstante téngase en cuenta que el hecho de pensar sin prejuícios es un movimiento mental
que aunque no ande en línea recta - hay que olvidarse de la autopista sin obstáculos -, jamás
se detiene y que nos indica que la última palabra en la vida, en el saber, no existe.
Si fuera así, todavía hoy en día estaríamos en la Edad de Piedra.
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