El fin justifica los medios...
Por DavidDeSiempre
Enviado el 16/03/2017, clasificado en Adultos / eróticos
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Antes de comenzar este relato, diré que, a pesar de mi trabajo y mi profesión no percibo grandes ingresos, sin embargo, en ocasiones cuando se trata de conseguir aventurarse en una cama con alguien deseado, uno hace lo imposible por hacerlo realidad.
Melanie, es la hija de mi vecina, es una niña casi, más bien parece una niña, pero recién llego a la mayoría de edad, es una chica tan fina como una princesa, su piel tersa y delicadamente clara la hace ver como de porcelana, su cabello negro lacio le da aún más dulzura cuando lo trenza, sus ojos grandes y claritos hacen suspirar a cualquiera.
Desde hace un tiempo la deseo sin remedios, cuando se viste atractiva con escotes o faldas con vuelo, mi erección no tarda en hacerse notar, por instinto corro a la ventana y la veo subir la escalera para poder admirar por instantes fugaces como su falda de preparatoria va dejando ver su precioso culo infantil, sus calcetas blancas hacen juego con el diminuto calzoncito, ese que por verlo un solo segundo me hace excitar hasta el desborde.
Hace tres semanas, cuando llegaba de trabajar la encontré en la puerta de mi edificio, Melanie llegaba de salir con unas amigas y espere a que sus amigas la dejaran sola para subir con ella las escaleras.
-Muy buenas noches señor.
-No pueden ser mejores para quien te acompaña corazón. –Le digo mirándola fijamente y ella se sonroja muy rápido.
-Ay como es usted, si lo ve su esposa se va a enojar.
-Pero ¿porque? No estoy haciendo nada malo.
-¿Le parece poco sonrojarme, y con su voz hacerme temblar?
Seguimos caminando y yo en un pequeño momento, la tomo del hombro mientras ella me sonríe mi erección ya me está incomodando, ella ve ligeramente mi pene y más se sonroja.
-¿Cómo va la prepa hermosa? Ya casi sales ¿no?
-Si en unos meses…
-No te ves muy entusiasmada corazón.
-Si lo estoy. –Me dice mientras me aprieta de brazo pegándome sus senos en mi brazo. –Pero mis compañeras compraran un anillo de graduación y mis papás dicen que no tienen para comprármelo.
-Y ¿cuánto cuesta ese anillo?
-Diez mil pesos, la verdad esta hermoso, pero ciertamente es mucho dinero. Pero todas mis amigas lo compraran menos yo.
Su rostro cambio a una tristeza pero de mí no se bajaba el calor ni con esa lagrima que brillaba en sus ojos, me detuve y la tome de la cintura pegando mi erección en su vientre, ella sintió mi pene y se sorprendió por mi atrevimiento, pero no hizo nada para detenerme y con todo mi atrevimiento la bese en el cuello.
-Todo en este mundo tiene solución, solo hay que saber buscarla.
-¿Usted me los regalaría? –Me dijo con ilusión y soltando su cuerpo.
-¿Regalar? No mi corazón, en esta vida nadie regala nada, puedo prestártelos y si quieres puedes pagármelos de a poquito.
-Amm. Déjeme pensarlo. –Me dijo un tanto desilusionada. –Pero no creo poder pagarle diez mil pesos ni en paguitos.
-Todo tiene una manera preciosa, ya eres adulta y sé que sabes tomar decisiones.
Caminamos y ella se fue a su casa con un semblante de confusión, llegue a mi casa y me pregunte ¿Cómo le propuse prestarle diez mil pesos? si yo ni siquiera los tenia. En fin, no creí que ella lo consideraría.
Pasaron solo un par de días y la pequeña Melanie estaba en la puerta del edificio pendiente de mi llegada, percatándose de que no hubiera nadie fue a mi encuentro y con ese uniforme escolar que tanto le favorece se acercó muy sexy dándome un beso en la boca.
-Buenas noches señor.
-Hola hermosa, que gran recibimiento, ¿algo que deba saber?
-Que he decidido animarme con su propuesta, usted sira cuando le pago esos diez mil pesos. –Me dijo tocando y apretando sus tetas con sus manos.
Comenzamos a subir la escalera, ella iba delante de mi moviendo el culo tan descarado que me encendió en solo un par de segundos, no pude aguantar más y subí su falda completa para admirar sus nalgas de princesa y ella se detuvo.
-Con esas le voy a pagar, ¿le gustan?
-Me encantan. –Le dije apretándolas con mi mano.
-Pues usted dirá cuando, y yo encantada saldo esa deuda.
Comencé a reír con una carcajada un tanto descarada, mi excitación me llevo a sonrojarme también pero trate de ponerme serio y le aclare un gran punto.
-No estarás pensando que son un palo vas a saldar una deuda, ¿o sí? Porque allá afuera las putas cobran muchísimo menos por un trabajo profesional.
Melanie se quedó pensando y se sorprendió mucho por lo que le había dicho, un gesto de molestia y de capricho de niña llego a su rostro haciéndola retroceder un poco.
-Entonces… ¿no me va a dar todo el dinero?
-Te puedo prestar el dinero que necesitas, pero no pienses que me lo pagaras todo en una sola noche mi amor, piensa en que nadie presta dinero a quien no podrá pagar. Te informo de cómo está el precio en el mercado para que consideres si te conviene o no pedir prestado, aun no hacemos trato y estas en libertad de decir que no. Esto es una negociación y ambos podemos llegar a un buen término.
La pequeña niña se quedó pensando, la piel se le notaba erizada, me tomo la mano y seguimos caminando en las escaleras hasta llegar a la azotea del edificio, ya estaba oscuro y solo me recargo en la puerta apretándome su cuerpo fino en mi pecho, tomo mi mano derecha y la llevo a sus nalgas, se subió la falda escolar y bajo su calzoncito abriendo sus nalgas para que pudiera tocar su delicado y delicioso ano.
-Nunca nadie me ha cogido por el culo, le propongo que me lo desvirgue por la mitad de la deuda, y las demás veces que me coja le iré pagando de a 500 pesos. No me importa ser una puta con tal de conseguir lo que quiero. Y estoy decidida, acepta ¿o no?
Su mirada estaba iluminada y su determinación me impuso por un momento, tome sus nalgas y las apreté con fuerza, luego subí mis manos y la tome del cabello, baje su cabeza y ella quedo de rodillas con su carita en mi entrepierna, ella sin reparo abrió mi pantalón sacando mi pene hinchado y caliente.
-Una mamada como garantía hermosa y el trato esta hecho, me encantan las mujeres determinadas y, como reconocimiento a tu decisión, en vez de pagarme 500 con cada cogida, me pagaras el doble.
Su mirada reflejaba satisfacción, enseguida se puso a chupar y a succionar tan rico que en tan solo cinco minutos me hizo venir en su boca, mucho de mi semen quedo en su blusa escolar, pero luego de yo abrazarla y hacerla venir tocando su clítoris, bajamos con un trato cerrado.
Como pude completé la cantidad que ella necesitaba, al siguiente día en la mañana en un sobre le di el préstamo indicándole que en la noche la esperaba en un hotel para el primer pago.
El tiempo llego, Melanie está en estacionamiento del hotel…
Continuara…
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