Denunciar relato
La muerte huele a mar. Huele a café. El café que hacía mi madre. La mar en el cuerpo de mi padre. Me voy, Umbral. O quiero irme, ¿sabes?
Umbral dice, hay que escribir con los pies. Sí. Llevo toda mi vida sin usar las manos. Y cuando muero, ya, qué inútiles son. ¡Las manos!
El olfato es la mirada del alma dice Umbral, o algo así. No sé. ¡Yo qué sé! Pero sin alma que tediosa la eternidad con huesos mudos.
¿Para qué coño escribir si Umbral nos golpea con "Mortal y rosa?".
El problema es que soy la solución
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