El fin justifica los medios... (Rompeme el culo)

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Desde la mañana, en mi cabeza estuvo rondando la idea insuperable de joder un culo inmaculado, solo pensar en eso me llenaba de morbo y de emoción perversa. En el trabajo no podía concentrarme, a la hora de comer no tenía hambre, solo en mis manos había sudor que me llenaban de emoción.

Salí un par de horas antes de trabajar, avisando en mi casa que llegaría una o dos horas tarde debido a un problema en la empresa, de inmediato envié un texto a Melanie indicando el lugar exacto donde me debía encontrar.

Con puntualidad la pequeña niña estaba junto a una plaza comercial con esa falda escolar, esa blusa blanca impecable y calcetas hasta las rodillas. De solo verla un hormigueo se dejó sentir en mis genitales, abrí la puerta del carro y ella entro decidida aunque con un poco de torpeza debido a los obvios nervios de entregarse al mundo del placer remunerado.

-¿Estas nerviosa mi amor?

-Solo un poco, en mi estómago siento mariposas de curiosidad y temor de que me guste coger por dinero. No sé si me explico.

Asentí y sonreí provocándole una tranquilidad temporal, seguí manejando hasta una sex-shop del centro de la ciudad, de esas que cuentan con cabinas. Melanie se sorprendió pues pensaba que la llevaría a un hotel,  con amplia perversidad la bese en la entrada de la tienda, ella en segundos estaba empapada y caminamos rápido hacia la pequeña cabina.

El pequeño espacio tenía una luz negra en la parte lateral, una pantalla grande, con una película porno estaba en ejecución, miramos unos segundos mientras sacaba de una bolsa dos botellas de vodka preparado, ella tomo uno y sus nervios se disiparon, en cuestión de segundos el ambiente cambio a ser completamente degenerado, mirábamos la escena sexual  tocándonos y ella corrió a desvestirme, me bajo el pantalón sacando mi verga completamente erecta y dura, lista para sentir su calor, la chupo al ritmo de la película, sus tetas se columpiaban y ella las libero en un instante.

Me imaginaba un gran preludio pero solo me limite a inclinarla en el sillón de vinil negra, sus nalgas se iluminaban con esa luz perversa, solté un poco de saliva en su coxis y esta, bajaba por en medio de sus nalgas, continuaba salivando y su delicado ano quedo completamente empapado.

-Como me encanta tu culo preciosa, hoy será mío, ya deseaba esto todo el día, ¿estas lista preciosa?

-Cógeme ya. Hazlo, jódeme el culo que me tienes súper caliente. –Me dijo abriendo sus nalgas.

Coloque la punta de mi verga en su ano y su sexo se ilumino de jugos, contemple una vez más su culo nuevo, sin compasión deje entrar mi verga de un solo movimiento, rompiendo todo a mi paso. No deje de empujar hasta tener tres cuartas partes de mi pene en su desvirgado esfínter, Melanie solo gritaba mordiendo el sillón y arañándolo tan fuerte que una de sus uñas se rompió.

Eche más saliva a mí verga y nuevamente empuje fuerte haciendo gritar más fuerte a la pequeña niña, mis manos dieron una palmadas fuertes en sus nalgas de princesa, su falda escolar lucia como un perfecto cinturón y sus tetas yacían presas en el sillón arañado por esas manos delicadas, comencé a moverme despacio introduciendo mi verga hasta lo más profundo, tome por el cuello a la putita de Melanie para ver sus gestos y ella no podía ni respirar de tanto placer, metí mis dedos medio y anular en su boca, la niña los chupaba tan rico que no tardo en explotar en su primer orgasmo, sus gemidos empataban con los de la actriz en la película, pronto el ritmo suave de mi abatida cambió a un fuerte estruendo reventando su culo haciendo que la pequeña zorra golpeara el sillón con el puño.

Un poco de sangre cubrió mi pene y ella  con las piernas escurriendo, seguía empotrada en ese sillón con el culo parado, tome un poco de aire y continué embistiéndola fuerte, sus gritos y mis gemidos toscos encontraron sincronía perfecta mientras yo tomaba su cuello apretándolo fuerte.

Nuevamente sus gritos crecieron y sus piernas temblaban como locas al sentir cerca el más explosivo de sus orgasmos, el olor de su ano desvirgado y de sus fluidos calientes me llevaron chocarla con una velocidad impresionante, la nalgueaba y apretaba su cuello excitándome hasta el límite.

Melanie golpeaba el sillón al momento que su sexo chorreo de fluidos calientes mojando sus piernas, las mías, el sillón y la alfombra de la tienda. Sus ojos en blanco junto con sus gemidos agudos en extremo me hicieron eyacular dentro de su culo, con sollozos toscos y mi frente escurriendo en sudor, inunde su esfínter alcanzando un orgasmo que me nublo la vista por unos segundos, regrese a mi realidad cansado y ampliamente satisfecho.

Ella no soportaba mi pene dentro así que me empujo de un golpe, saque mi verga de su ano ensanchado y mi semen escurría de ella dándome un panorama ampliamente excitante, limpie su ano con kleenex y ella se quedó inmóvil todavía unos segundos, limpie sus piernas y luego ella se vistió lentamente conmigo.

-Incluso después de pagarle, quiero que usted me siga cogiendo, no sabe cuánto me enamore de usted después de esto. –Me dijo abrazándome y frotando sus tetas en mi cuerpo.

-Tienes mucho potencial bonita, y sé que ese culo te dará muchas cosas buenas.

-No sabe cómo me encanta ser su puta. Quiero que me vuelva a coger, muero por tenerlo otra vez haciéndome suya.

 

Solo la acaricie y nos salimos de ese lugar de ambiente perverso, se escuchaban los gemidos provenientes de las cabinas contiguas, Melanie estaba hirviendo aun en calor  y salimos de ahí con las mejillas sonrojadas, nos detuvimos en una gasolinera y nos metimos a coger una vez más en el baño. Repuesta y satisfecha, la deje una cuadra antes de nuestro edificio. Advirtiéndole que pronto la citaría nuevamente para un nuevo pago, a lo que ella acepto sin reclamos.

Contacte a Braulio, un notario bien parecido con gusto por las chicas como Melanie, le conté de mi triunfal evento y el me reprocho muy excitado.

-Carajo licenciado, yo hubiera pagado cinco veces lo que tú por romperle el culo a esa niña.

-pues si la quieres…

-¿Cuánto por joderla mañana mismo?

-treinta y cinco mil y te la visto como puta del colegio de monjas.

-treinta, solo treinta mil por su culito recién desvirgado.

-Tenemos un trato licenciado.

Subí rápidamente al departamento de Melanie, me la encontré en la escalera y al darse cuenta de estar solos me beso.

-Prepárate putita mía, mañana ese culo delicioso volverá a actuar.

-¿Me vas a coger mi amor?

-Un amigo mío te dará una buena cogida y te llevaras veinte mil pesos.

-¿En serio? –Me dijo con ojos brillantes.

-Si mi amor, así que mañana espera mis indicaciones.

-Te amo papito. –Dijo emocionada.

Me dio otro beso y se fue a su casa brincando de gusto, pensaba que le molestaría el haberle buscado cliente pero ni me pregunto de quien se trataba. Mi inversión estaba de vuelta y Melanie estaba iniciando una carrera exitosa.

 

 Continuará...

 


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