LA INJUSTICIA DE DIOS 1
Por franciscomiralles
Enviado el 23/03/2017, clasificado en Reflexiones
1033 visitas
Cuando yo tenía catorce años un domingo al salir de la iglesia con mi familia, a mi madre que
tenía un juicio crítico bastante desarrollado de repente dejó de impresionarle el tono
grandilocuente y solemne que empleaba el párroco al explicar de un modo absurdamente
literal las Sagradas Escrituras, que chocaban con la realidad mundana.
Si Dios era tan justo y benevolente ¿cómo podía ser que hubiese creado un mundo tan cruel y
tan injusto como el nuestro?
Lo que mi madre señalaba era algo que desde el principio de los tiempos el ser humano no ha
dejado de preguntarse, poniendo en un compromiso a la teología dominante de cada época.
Si nos molestamos en ojear la Biblia, en el Génesis nos encontramos con el relato de Job, el
cual siendo un sujeto muy honesto en todos los sentidos es castigado por el destino con toda
suerte de desgracias, por lo que éste no ve la bondad ni la justicia divina por ninguna parte.
Asimismo como desde siempre a los malvados las cosas en este mundo les han ido viento en
popa normalmente a costa de los buenos, se creó el deseo social de que éstos lo pagaran
en la otra vida quemándose en el infierno mientras que los buenos serían recompensados en
el cielo tal como se expone también en la Biblia en los capítulos dedicados al ECLESIASTÉS
y PROVERBIOS que no están redactados por el rey Salomón sino por anónimos funcionarios
de su Corte.
Por tanto ¿se puede decir que hay algun dios perfecto y justo cuando todo parece indicar
lo contrario?
La idea de un dios o dioses tiene dos vertientes. La primera es la de un recóndito dios cósmico
y creador del Universo, por lo que se hace inhaprensible para el hombre; y la segunda
vertiente es la de un dios personal, inmanente que busca fusionarse con el dios trascentente.
Yo no tengo ninguna duda que este dios personal es un producto totalmente cultural que
emerge de la idiosincrasia de cada raza que a su vez está en función del paisaje del lugar.
Así tanto los dioses paganos de la antigua Grecia, como el colérico dios judio Yahvé han sido
una proyección psicológica sacralizada de los habitantes de dichos pueblos, de los que se ha
desprendido una ética, o unos Mandamientos que han servido para cohesionar al grupo
humano en cuestión.
Paralelamente a esta fe colectiva a cualquier deidad ha surgido el hombre racional que ha
dudado muy sensatamente de las religiones míticas y reveladas, por lo que se ha dedicado a
especular acerca de "QUIÉN" o "QUÉ" ha hecho el mundo, sobre todo a partir de la
METAFÍSICA (Una realidad que va más allá de lo físico aparente) instaurada por Aristóteles,
la cual fue asumida en la Edad Media por Santo Tomás de Aquino; siguiendo posteriormente
en la Ilustración con René Descartes que dijo que nosotros somos el efecto de una Causa
Suprema que ha dejado su huella con el pensamiento.
Sin embargo hay que precisar que de hecho la idea de un dios dentro del pensamiento
racionalista es siempre una hipótesis reflexiva pero nunca determinante. Pues la METAFÍSICA
aunque ahora no esté de moda ha servido de inspiración para dar paso a las Ciencias actuales
con la investigación. Por eso que al hombre metafísico no le hace nada de gracia la persona
mística porque le ha parecido que al entrar ella en un estado de éxtasis y vaciarse por dentro
para ser absorvida por una deidad era puramente una presunción narcisista; aunque hay
gente que considera que el místico da marcha a la creencia religiosa, mientras que el teólogo
es un ser insulso que hace pensar demasiado.
Dentro de la concepción racionalista y escéptica nos encontramos con el hombre práctico
según el cual Dios es VERBO, acción que atiende sólo a lo útil y palpable como es el caso
del pensador norteamericano del siglo XlX Williams James, cuyo pensamiento ha influido en el
Nuevo Continente y por expansión en una gran parte de Europa. Casi en la misma onda de
pensamiento están los materialistas que según ellos el cielo se halla en la misma Tierra, y
Dios es la materia transformada y que debe de ser gestionada por el mismo hombre.
Por todo lo dicho, el criticar a la doctrina de cualquier iglesia me parece que es irrelevante, ya
que da la sensación de que todavía no nos hemos independizado de su influjo, porque lo
cierto es que nuestro pálpito vital está circunscrito en las leyes del cósmos. Vivimos y morimos
como cualquier astro.
Pero ¿por qué hay un cósmos? ¿Quién lo ha hecho? Si lo ha hecho algún Dios ¿Quién lo ha
hecho a él? ¿O qué hay tras Él que por lo visto está muy lejos de ser perfecto, puesto que si
nos deslumbra un bello paisaje, o el orden de las galaxias se debe más a un sentido estético y
subjetivo de cada cual que a una perfección divina?
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales