Desvirgada por el esposo de mi hermana 3 (en la capilla)

Mi clítoris palpitaba, estaba hambrienta de su pene…  unos cuantos milímetros me separaban de esa grande, gorda y venosa verga… No lo podía creer… Cuando, de un momento a otro, mi mente se nubló, un sonido agudo paralizó mis piernas abiertas de punta a punta y de mi huequito salió un líquido que empapó, los perfectos pectorales, brazos y la inmensa polla de Camilo…

“Eres tan dulce mi querida Sofía… No te apenes… Para mí, que te chorrees como una perra es mi mayor satisfacción ”, dijo antes de lamer y chupar con voracidad mi concha bañada aún de mis jugos.

“¡Ahhhhhh!”, exclame ante los perfectos movimientos de su lengua y su cálido aliento que me trasportaba al cielo… Y desde ese balcón de cinco estrellas miré hacia atrás…

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La boda de Camilo y Fabiana era una realidad. Después de meses de preparativos, la pequeña villa de mis tíos estaba lista para recibir al señor y la señora Alarcón. La boda se realizaría en una capilla al norte de la ciudad por lo que mi mamá me pidió ir unas horas antes para supervisar todo mientras ella acompañaba a mi hermana mayor. Sin ganas acepté y a las 8:00 de la mañana estaba en la iglesia con la cara lavada y un vestido floreado corto de tirantes. Al entrar, el templo estaba solo y caminé como inspeccionando el lugar hasta que entré a un despacho… Un sonido me espantó y al voltear encontré a Camilo mirándome fíjame de forma juguetona y voraz:

- ¿Qué haces tan temprano por aquí?

- Mi mi mi mamá me mandó a supervisar todo mientras ella acompaña a Fabiana… ¿Y tú?

- Quería estar solo con mis pensamientos…

- Bueno… Te dejo… Y perdón por interrumpir…

Intenté salir como alma que lleva el diablo, pero Camilo agarró mi brazo derecho: “No te vayas… Por favor hablemos, tengo que conocer más a fondo a mi cuñadita”, dijo con voz ronca.

CU-ÑA-DI-TA… Mi mente separó y acarició cada una de las sílabas mientras mi piel se erizaba con la tibieza de su mano… Asentí sonrojada y nos sentamos en un sofá de cuero ubicado diagonal a la oficina hecha en madera y decorada con muebles color caoba.

- He pensado mucho en ti, Sofía… En especial desde esa noche…

Mi cuerpo se entumeció y un escalofrío recorrió mi espalda… “Esa noche” … Repetí sin aliento…

Sin previo aviso, el futuro esposo de mi hermana me levantó del sillón y me besó… Y qué beso… Camilo me comía la boca salvajemente mientras presionaba su erección contra mi pelvis. Yo disfrutaba de su saliva, de su lengua y de los mordisquitos que daba a mis labios.

- ¿Crees que no me gustó que me vieras coger con tu hermana?… Ahora quiero hacer lo mismo contigo, pero mucho mejor… No sabes todo lo que me muero por hacerte…

Pronto las manos de mi cuñado estuvieron ocupadas en mis teticas, las masajeaba y apretaba sobre mi vestido mientras yo sentía como mi piel me picaba y mi sangre hervía… Mi concha estaba tan palpitante que mis jugos se desbordaban por mi ropa interior y chorreaban mis piernas. Lentamente, Camilo bajó su mano izquierda, alzó mi vestidito y la metió dentro de mi panty.

“A ver esa conchita rica… Debe estar bien mojadita… verdad”, me preguntó tras meter dos de sus dedos en el fondo de mi boca, haciendo que los lamiera hasta estar húmedos. Camilo me dio vuelta, con su mano derecha agarró mis manos, me recostó sobre el reposabrazos dejando mi culo al aire, alzó mi vestido y con su mano libre bajó mi panty a la altura de mis rodillas. Por mi parte, jadeaba imaginando su cara tras ver mi virginal trasero hasta que una nalgada se sacó abruptamente de mi cuento de hadas e hizo que gritara… Pero de gusto.

- Shhhhhhh… Silencio que estamos en la casa de Dios, replicó agregando más morbo a la escena… Ahora, despacito de voy a meter un dedito en tu lindo coñito… Asiente si estás de acuerdo

-Por favor, hazlo….

De repente experimentaba sensaciones, aromas y fluidos nuevos… Era como si entrara un tampón dentro de mí, pero mil veces mejor… Camilo me lo metía tan duro que sentía como una especie de irritación con hormigueo, pero el problema llegó cuando intentó meter dos dedos.

- Para, que soy virgen y no soporto el dolor, le reproché entre lágrimas y aún con el culo al aire…

Camilo se quedó estupefacto, como si tratara de descifrar un rompecabezas…

-Pero si te he visto con el tonto de amiguito Christian… De seguro has hecho algo con él…

-No, él no me gusta… Es un idiota… Además… Me estaba guardando para ti…

Mis palabras fueron como un detonante, pues mi cuñado abrió mis nalgas y acercó su cara a mi sexo… Lamió mi coñito con tantas ganas que me hacía temblar… Chupaba y succionaba mi clítoris que era inevitable no revolcarme en el sillón. Continuaba su maquiavélico juego metiendo su lengua dentro de mi hueco y me la taladraba con sus movimientos circulares.

-Ahora quiero ser el primero y el único que te llene de baba, te meta la verga y tenga absoluto control de ese culito perfecto, ¿Entendiste?

“Si” le respondí entre jadeos. Camilo procedió a preparar mi asterisco para el placer… Primero lo escupió y con su lengua esparció su baba por todas mis cavidades… Después, hundió su pulgar en mi ano y sentí como las paredes de mi culo se separaban… Para mí era una experiencia nueva, cargada de morbo, prohibida y muy libidinosa… Cuando acomodó su dedo dentro de mi culo lo comenzó a mover de adentró hacia afuera mientras con su mano libre acariciaba mi clítoris. Yo solo pensaba en lo llena que me sentía, que quería más y hasta los extremos que estaba dispuesta a llegar para conseguirlo.

En ese momento la puerta se abrió y en el umbral se divisaba la figura de una persona fornida y desde mi posición con el culo arriba y mi panty abajo solo podía ver de reojo la colilla de su cigarrillo…

Continuará…