Frases amargas

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Aarón se siente incómodo en el bar que acaban de entrar, es Haloween. Todos los bares de la zona tienen adornos de esqueletos, telas de araña, la luz más oscura y roja. Las camareras estan disfrazadas de estilo gótico, dejando ver sus sujerentes escotes, algo que Aarón le alegra la vista. Aarón se ha enfadado con su novia, porque lo quiere controlar todo el tiempo. Ella se ha ido de casa, con su hija Lucia de siete años, ella se fué a casa de sus padres. Él sabe que Ana volverá, siempre lo hace, ella acabará cediendo, por eso él sigue con ella. Para Aarón, Ana era la obción más facil, ella enamorada de él desde niña, la tenía siempre a su disposición. Pero él siempre estaba tonteando con unas y otras. Tubo más novias que ella, ella sabe que seguro le fué infiel, pero ella estaba enamorada y quiso tenerle a toda costa. Le daría hijos, le perdonaría infidelidades, le dejaría salir de fiesta (no todos los días, estaría mejor), ella sería su exclava, todo lo que hiciera falta a cambio de tenerle. Pero a él le daba igual todo, y Ana y su hija también, salía todos los días, su amor era la barra del bar, las cerbezas, el contentillo tonto que le hacía olvidar todo. Su aspecto fisico no es de un chico de treinta y ocho años, màs bién de diez años más. La belleza se la había llevado el alcohol y ciertas sustancias al que era adicto. El bar tiene caraoque, tiene adornos de esqueletos, telas de araña, la oscuridad casi completa, menos algún foco rojo. Se sientan en una mesa con sus bebidas, en el caraoque hay un grupo de chicas berreando, pero llevan tutús que dejan ver sus estilizadas piernas, llevan cuernos rojos de diablillas, parecen no tener más de dieciocho años. Aarón y sus amigos las miran mientas hacen alguna gracia sobre ellas. Cuando lleban varias rondas, sus colegas salen fuera a fumar y él siente una especie de zozobra feliz. Una chica tiene el microfono y lo mira a él, empieza la musica, dice  que la canción es del grupo Sober, Paradysso; "Tu esencia retuerce mi cuerpo, tu ausencia lo ahoga por dentro". Aarón reconoce a la chica, salió con ella hace quince años, se llamaba Alane, estubo muy encariñado con ella pero Ana le caía más cerca, que ella, Alane era de otra ciudad. Recuerda que esa chica lloraba el día que la dejó, de vez en cuando le llamaba suplicando la vuelta, pero él ya había empezado con Ana, lo cual hizo más daño a Alane. Quince años después, allí estaba Alane, el estomago se le dió vuelta, la visión de la chica le probocaba sensaciones olvidadas. Estaba igual que la recordaba, el pelo largo liso, su piel pálida, estaba igual de guapa, no había cambiado. Y ella parecía haberlo reconocido y lo miraba mientras cantaba, pero él sabía que su apariencia ya no tenía nada que ver con el chico que fué. "No hay razón para ser feliz, el paso de los años no tendran piedad, la vejez se apodera de mis sueños", ella le mira fijamente y parece que las frases de la canción le taladran la cabeza, ella le señala."Ya no tengo fuerzas para caminar, el tiempo me hace exclavo de su final". Aarón esta petrificado, parece que el bar se ha baciado y solo quedan ellos dos. Él no puede apartar los ojos de ella, esta totalmente entregada a la canción y la interpreta como en el teatro y todo dedicado a él. La frases empiezan por "Tu..." ella le señala y él siente como golpes es su garganta cuando ella le señala. Suenan violines tristes, después, parece que un coro de monjes repiten un  "Ah, ah, ah.." como una melodía de plegaria por Aarón. La canción termina, Aarón no se da cuenta que caén lagrimas de sus ojos, Alane se dispone a salir por la otra puerta, Aarón quiere verla más de cerca,. Ella sale a la solitaria calle, intenta acercarse pero ella es más rápida, corre y se pone a su lado, la coje por el brazo, se para. Los dos frente a frente, en medio de la calle, se miran, Aarón respira su perfume, le recodaba perfectamen. Aarón la mira estrañado, ella no ha cambiado nada, no ha envejecido, no tiene arrugas, sigue con su aspecto de niña de dieciocho años. No le salen las palabras, parece petrificado, lo que siente es demasiado intenso. Se dice que eso no puede ser, lo pronuncia en alto; -!no puede ser¡, ¡pensé que jamás te volvería a ver!. Él no se ha percatado que están en una zona muy oscura, no hay farolas ni edificios, están solos en el mundo. Alane  le mira a los ojos muy seria y le suelta:. -¡Estamos muertos Aarón, los dos!.


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