Amores lejanos

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Humildad Lastra hizo un último viaje, ya tenía noventa y pico años. Se fué de joven con sus padres a Suiza, en busca de un porvenir mejor, dejando atrás, amigas, familiares, casa y un amor platónico. Nunca se había atrevido a volver al pueblo, para recordarlo como era antes, y secretamente; para no ver a su amor Nasio casado. Cuando ella se fué del pueblo Nasio tenía novia pero no dejaba de mirar a Humildad. Cuando se cruzaban, el la miraba con desesperación. Él era muy tímido, no hablaba casi nunca, jamás le dijo nada a Humildad, solo la seguía con la mirada. Era una mirada triste, aunque estubiera su novia colgada de su brazo. 

Ahora muchos años después, con ayuda de las muletas, mira su antigua casa en ruinas. De frente está muy deteriorada, aunque sigue en pié el balcón. Intenta verla por la zona de atrás, hay mucha maleza y con las muletas intenta abrir camino, después de un buén rato, consigue pasar. Detras estaba la ventana de su habitación, seguía manteniendo la reja de hierro. Vista a primera vista le recordó una ventana de la carcel. Ella se pasó allí dentro su juventud, salía para ir a misa, recados y poco más. Pero desde dentro soñaba mucho, soñaba con Nasio.  Se aproximó a la ventana, intentó ver el interior, estaba hoscuro. Miró hacia abajo y se dio cuenta que en el marco entre los hierros, seguía escrito su nombre en la piedra, en pequeñito. Lo hizo su hermano con herramientas de cantería. Humildad sonrrió y acarició su nombre, como si podría sentir aquel momento del pasado. Las lágimas epezaron a caer, se agarró a los hierros y se dió cuenta que en la siguiente separción de los hierros de la reja,  había algo nuevo escrito en la piedra,: "Te querré siempre, aunque estemos separados. Nasio".Hizo un gesto de dolor, se quedó inmovil, sonrrió y  acarició las letras, el corazón le latia a grán velocidad, como cuando veía Nasio. Él, en algún momento lo había escrito y ahora le llegaba a ella, a través de los años. Lo imaginaba en algún momento de su vida, pasando por su ventana con ella ya en Suiza. Tallando para ella, aquella declaración de amor eterno.


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