Ojalá ser siempre
aquello a lo que abrazas
cuando todo miente
y nada te salva,
donde desapareces
porque todo te cansa
y no ves salida
donde una vez hubo
carcajadas y risas,
pero queda el humo
de todas estas esparcidas
por esos desastres tuyos.
Pero siempre bonitos eran
nunca comprendí cómo,
supongo que siempre fue la manera
de aquellos ojos;
que hablaban sin cesar
pero que nunca decían del todo.
Aunque me cueste reconocerlo
tal vez seas tú el por qué
con nadie más funcionó
y es que tú eres todo,
lo que ansiaba alguna vez encontrar
pero que nunca supe dónde buscar.
Y disfruto cuando al viento
sin ningún previo aviso
se le antoja mover tu pelo,
pero aún más bonito
cuando es por los besos
y caricias todo ese lío
que se forma discreto pero intenso.
Como en cada rincón
de tu bello cuerpo
que a cada mordisco
se estremece entero
de la misma forma que río
el mío, por esa sonrisa tuya
que desordenaba mi alma sedienta
de ti,
que tú eres viento y yo agua
pero juntos formamos una perfecta tormenta.
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