Un viaje inesperado II

II

COMIENZA EL VIAJE

Me desperté pasadas las diez de la mañana, lo cual es extraño, tengo pillada la hora sea fiesta o no, de abrir los ojos sobre las ocho, habrá sido el medio copazo de ayer que me ha hecho dormir algo más.

Mientras desayunaba, me puse la radio para que me hiciese compañía, pero no funcionaba, bueno, algo que habrán tocado los niños y la habrán des configurado, luego le di de comer a las mascotas de mis hijos, a saber, dos canarios y dos hámster ( bolita de nieve y largui), por mi casa habían pasado, patos, tortugas, una cacatúa que la pobre murió siendo un bebe, peces, etc… ahora estábamos con la lucha de que mis hijos querían un perro, pero gracias a dios ni mi mujer ni yo tragábamos con eso.

Después hice un poco de labores domesticas y sin comerlo ni beberlo vi que era ya la hora de ducharse. La casa estaba un poco triste y silenciosa sin el ajetreo de mis hijos, así que a las doce y media, más o menos, decidí que era hora de tomarse un aperitivo en el bar de la esquina, “El Nuevo Jiménez”, al menos allí conozco a muchos clientes, a los camareros, al dueño, necesitaba charlar con alguien, llevo muy mal lo de estar solo en casa. Estábamos en Mayo y no estaría mal una cañita en la terraza, pero hacia un tiempo de perros, así que tendría que ser dentro.

Duchado y vestido con unos vaqueros y una camisa, cogí las llaves de casa, las del coche por si me daba por comer fuera, la cartera, 60 pavos, bueno algo es algo, el móvil y el abrigo, ligero pero que resguarda bien de la lluvia y el viento que estaba cayendo esos días.

Lo primero extraño que note, nada más cerrar la puerta de mi casa, fue que el descansillo me parecía diferente, no lograba saber que era, pero era extraño, me quede mirando pensativo, hasta que le di al botón del ascensor, hostia!!!, pero que botón es este?? Y las puertas del ascensor?? Las han cambiado de ayer a hoy??, estaba totalmente confundido.

...como Dinio

                Cuando llegó el ascensor, la cosa no mejoró, ni mucho menos, éste no era el ascensor por el que yo había subido a mi casa ayer, era distinto y no sé cómo viejo, no, como viejo no, como antiguo, o sea, el presidente de la Comunidad, ya la ha vuelto a cagar, cambia por fin los ascensores y pone un modelo del año de la pera, vamos no me jodas tío, ese tío es cada vez más inútil a ver cuando coño lo largan.

               Por fin llegué a la planta baja, abrí la puerta y mi sorpresa y confusión se multiplicaron por mil, pero no habían cambiado todo el vestíbulo?? Joder hasta la puerta del portal era distinta, y hortera que te cagas, hice amago de coger el móvil y llamar a mi mujer para contárselo todo pero me contuve, no era cuestión de amargarle las vacaciones. A la vuelta ya lo vería por si misma y conociéndola se iba a armar un pollo que ni la Paloma Cuesta esa de la serie Aquí No Hay Quien Viva.

               Fui a abrir la puerta del portal cuando otro detalle me indigno aun mas, habían cambiado la puerta de hierro, súper segura por una de madera, con cristales que hasta yo podía abrir o romper. Este tío se va a enterar y mirando hacia el suelo, con la cabeza de un lado a otro como negando, llegue a la calle y cuando alce la vista, lo que vi me hizo temblar, empecé a sudar y mi corazón latía como un caballo desbocado

-         No puede ser Dios Mío, no puede ser, mi primer pensamiento fue que quizás aún estaba dormido, esto es un sueño, tiene que ser un puto sueño