Denunciar relato
Y es que cada abandono que siento, causa en mi la sensación de qué me arrebataran una de mis extremidades.
Más tarde vuelve a brotar, torpe, llena de arañazos y moratones. Pero jamás, vuelve a ser la misma, incluso en ocasiones, sigue doliendo.
Al parecer no aprendo, me empeño en enacriñar me siempre de distintas piedras pero del mismo modo. Recurriendo a un mismo final anunciado.
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