Margaritas en el Cielo

Sube a la motocicleta cariño ,te llevaré a la universidad.Gracia hizo un mohín con sus labios,enfatizando más su belleza fresca y natural.

Como todos los chicos de su edad,Diego disfrutaba conduciendo su bi_ruedas y más si iba acompañado de Gracia , su novia desde hacía tres años.Ella estaba terminando su carrera de spsicología y Diego era farmacéutico .Nunca tenía prisa , pues poseedor de su propia farmacia y con un empleado a su servicio , se procuraba un horario favorable.

Habían hecho planes para casarse en cuanto ella terminara sus estudios y como buenos planificadores ya tenían la casa perfectamente amoblada.Ubicada en las afueras de la ciudad y con una hermosa vista hacia las montañas era todo lo que ambos necesitaban.Un futuro esperanzador les sonreía.

Gracia había elegido el lugar,Diego ,el estilo y la decoración,pero el pequeño jardín ,lo habían diseñado ambos.Diego amaba las margaritas y Gracia los girasoles ,así que el sol parecía desplegar sus rayos lleno de embelezo y gratitud por tan bello regalo.

Los fines de semana se hacían cortos ,pues esperaban con ansiedad irse a su hermoso , futuro hogar. _Amor recuerda que hoy es viernes e iremos a Boquete, mañana hemos de pintar los bancos del jardín_por cierto Diego ,recoge mi mochila en casa de mi madre y ven a por mi aquí mismo a   las seis_ perfecto cariño ,nos veremos a las seis_

El recorrido hacia Boquete fue divertido,bromas , canciones y diálogos relacionados con su futuro acortaron la distancia.Entraron a la pequeña terraza y dejaron sobre una rústica mesa de madera su liviano equipaje y se dirijieron hacia el jardín,lugar por el cual compartían un especial sentimiento. Eran cerca de las siete de la tarde ,pero el sol rojizo y mortecino dejaba caer , como beso tibio , sus últimos rayos sobre las tiernas margaritas y sobre los ya dormidos girasoles. Fue un momento idílico que penetró en sus amantes corazones sellando su amor para siempre._Gracia...dijo Diego ,conservaremos este lugar como testimonio de nuestro amor y alegría de nuestros nietos_por supuesto _respondió Gracia , deshojaré margaritas preguntando...me ama...no me ama...me ama ...no me ama...Ja ,ja ,ja ja_su risa sonaba cual campanas alegres que daban vida a un atardecer agonizante y a unas almas inseparables a partir de ese momento.

La sirena de la ambulancia ensordecía enloquecedoramente los oídos de la gente que se apresuraba por llegar al lugar , donde apenas unos segundos antes , se había escuchado un fuerte impacto. A docientos metros de la casa de Diego y Gracia estaba la motocicleta girando en círculos sobre un charco de aceite y sangre.

A unos cinco metros , dos cuerpos yacían tendidos sobre el pavimento ,curiosamente la chica sostenía entre sus manos una margarita y su rostro reflejaba una angelical sonrisa , como la de quien vive una felicidad eterna.