una muchacha en el trafico

Miro por el retrovisor de su auto, a lo lejos, venia un apuesto hombre de rubia cabellera. Le atrajo. Aun no daba el verde en el semáforo. Y el hombre se acercaba cada vez más a su lado. Sentía nervios, se mordía los labios, le parecía como si nunca antes hubiera visto a un hombre tan espectacular, tan bello. Todo él era bello, todas las cosas que lo componían eran bellas. Hombre sublime – pensaba – También pensaba en una ligera conversación que iniciaría, si aquel apuesto hombre se detenía a su lado. Bajo el vidrio. Saco un brazo. Lo dejo colgado. Sus uñas, estaban pintadas de rojo, sus labios también. Se volvió a morder el labio un poco más fuerte. Imagino como serían sus hijos. Imagino el día de su boda. Incluso imagino cuando el, ya viejo moriría dejándola viuda; para poco tiempo después ella, morir también. Su madre decía que las mujeres viven más que los hombres. Se acercaba el apuesto hombre. Ya casi se le salían las palabras que le diría. Una gota de sudor bajo de su axila a su ceno – tenia pezones rosas – se puso el verde. El hombre, paso a un lado de ella sin detenerse. Ella, se desilusiono un poco; Pero iba retrasada a su trabajo.