El agua tibia de la ducha me devuelve al mundo real. ¡Qué fuerte!¡Cómo he gozado! Un salvaje con carita de ángel. Todavía me tiemblan las piernas. Me jabono, me quito su olor, su rastro entre mis piernas.
Pero ¿cómo ha sido?, la cena de compis, las copas, las risas, yo quería, él quería, creo, ...y esos ojos tan tiernos, tan jóvenes. Buff!!! Pobre Antonio mío si se entera, ¿y los niños? ¿notarán algo cuando los bese al llegar? Hacía tiempo que no disfrutaba tanto, ha estado bien, muy bien, me ha hecho sentir viva, enérgica, apasionada; me ha hecho sentir deseada.
¿Y el lunes? A este bárbaro que me ha llevado al cielo ¿lo tendré que mirar como si no hubiese pasado nada? ¿me pedirá repetir? ¿Repetiré? Sara cálmate, cálmate, ya pasó, ahora piensa, piensa rápido en cómo salir, despídete sin mirarle a los ojos, le diré: "Ha estado bien, adiós, ya nos veremos." Luego a casa, si Antonio se despierta me dolerá la cabeza por esa copa de más. En un rato levantar a los niños, beso de buenos días y desayuno. Aquí no ha pasado nada.
He obrado mal, muy mal; quiero repetir.
¡Me tiemblan las piernas!
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