Obra de Orlando Reyes

         Lo importante no es la realidad, es la perspectiva que se tenga de ella. Ayer escuché en una película una frase que me encantó: “A los hombres no se los mide por la cantidad de cerveza que han bebido, sino por la cantidad que son capaces de aguantar”. Esto nos da cierto margen a pensar que el mundo es relativo y que tú y yo, viendo los dos la misma figura, podemos estar descubriendo dos cosas diferentes.

          ¿Cuántas personas habrán pasado por delante de esta escultura desde el lado del que fue concebida su visión el día de su creación? Muchos artistas siempre pensamos en el público que ve nuestras obras y la forma en que queremos que ellos la perciban. Aquí sale a flote nuestro ego-ismo de creador. Queremos transmitir y que valoren nuestra forma de ver el mundo. No damos tregua, ni una oportunidad, a la interpretación personal que pudieran hacer los espectadores de nuestra composición.

        Hoy me he permitido una licencia y he decidido ver las cosas de otra manera. Si hay que cambiar el mundo, hay que empezar por cambiar la forma en la que lo vemos. Ya dice el dicho: “para cambiar los resultados, lo primero que hay que cambiar son las premisas”. ¿Por qué tengo que ver la creación como la concibe todo el mundo? Hoy estoy rebelde y quiero cambiar. Ahora me pregunto, ¿cuántas personas habrán visto la belleza que tiene esta pequeña figura desde arriba? No percibo su cara, y eso no me condicionará para percibir la solidez de sus huesos y la dureza de unos pies maltratados por la vida. Quizás, en esto no haya reparado la gente que lo ha visto de frente. Para ellos no será más que la figura de un hombre triste pero para mí es la de una persona maltratada por la vida y el esfuerzo de los años.

          Recuerdo cuando mi maestro me enseñó las teorías de la disrupción. Para crear, hay que romper una secuencia lógica en el proceso para que, a partir de ahí podamos crear algo diferente a los que han seguido, convencionalmente, la cadena ordenadamente. Me muevo cómodo en el caos organizado que hace que mis proyectos “parezcan” diferentes sin que nadie sepa identificar porqué. Quizás sea ese carácter el que hoy me ha empujado a ver esta figura desde arriba y contárselo a ustedes.

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Este relato está basado en una foto, de mismo título, del fotógrafo venezolano Antony Collins (@antonycollins1)