Más copas encima que nuestra suma de edad.
Más palabras que cabales, más engaños que verdad.
Nuevo día nos encuentra estirados en la arena.
Diosa griega en escultura, satisfecha entre sus penas.
La cabeza alborotada que la lleva hacia la playa,
El exnovio la dejaba, mis promesas inventadas.
Su sonrisa es instantánea, pero nada es para siempre.
Los deseos la dominan, atracción que se presiente.
Con mis ganas de endulzarte y tus miedos del momento.
Me preguntan por tu nombre, no recuerdo, es un secreto.
Solo espero que te rías y me mires con deseo.
Que me cubras de gemidos, que me arañes con los dedos.
Con mi boca en tus latidos y mi mano entre tus piernas.
Soy la fiel llave maestra para abrir todas tus puertas.
Una angustia despechada que tiramos al olvido.
Linda fiesta continuamos por debajo de tu ombligo.
Cinco años que han pasado, cuatro cruces de palabras.
Tres miradas penetrantes, nuestras huellas enterradas.
Esa niña pasajera, que se esconde en su mirada.
Dos sonrisas que recuerdan la gran noche en una playa.
Toqué un solo de guitarra con tus cuerdas.
Cantaste sobre historias que lamentas.
Escribí sobre nosotros para que recuerdes cuando duermas.
Y ahora que te grito lo que pienso,
Espero que también lo sientas.
Un caballero no tiene memoria.
Móntate encima princesa.
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