Mi beso

Como cada 28 de Diciembre paso por la plazuela que fue testigo del beso a mi primer y único amor verdadero. Como cada año dirijo la mirada hacia aquel rincón, cierro los ojos y siento sus labios húmedos, cálidos, dulces y suaves sobre los míos. Tras un rato saboreando el recuerdo los abro y miro a mi alrededor con la inútil esperanza de verla aparecer. Han pasado 30 años desde que nos separaron pero estoy seguro que reconocería su olor, su mirada, su caminar, entre todas las mujeres del Universo.
Y otra vez cierro los ojos, respiro hondo, la oigo, la siento, percibo su mano entre las mías, su aliento al susurrarme al oído, un escalofrío recorre mi espalda, creo que me mareo. ¡No fue un sueño!, yo la tuve entre mis brazos.
Tengo tantas cosas que confesarte, tienes tanto que contarme...
¿porqué?
¿dónde estás?
Ella no aparece y sigo mirando a todos lados, la busco entre las caras de la muchedumbre, bajo la cabeza, maldigo lo que siento y como cada año regreso a casa, beso a mi esposa dedicándole una sonrisa y una caricia.
Para compensar, la vida me ha dado más de lo que necesito, mucho más de lo que merezco, pero nada de lo único que pedí.

Still Waters