Alarico

Una soleada mañana de primavera, el joven Alarico, un chico famélico y de dudosa reputación, tras haberse pasado la noche anterior de juerga por diversos bares, discotecas, y una pajarería, en la cual había exigido al tendero que le sirviese un cubata, antes de que este lo echara de muy malas formas, había decidido dar un paseo por el bosque. Así bajaría un poco el ciego antes de llegar a casa, donde seguramente, sus padres estarían desayunando.  

El problema reside en que el joven Alarico va un poco bastante puesto de setas, ácido y metanfetaminas, y se pierde. En un momento de su camino, se encuentra con un desvío de tres senderos, y se pregunta, ¿ahora por dónde voy? Entonces, en su momento de mayor desesperación, se le aparecieron tres criaturas, posiblemente fruto del cebollón que tenía en lo alto. Una en cada sendero.

Ante el primero de estos senderos, le esperaba un armadillo, el cual, sobre su caricaturesca cabecita, portaba un casco adornado con pintorescas pegatinas de caraberas y llamas, además, posaba sobre un monopatín. El armadillo se acercó al joven Alarico, y le dijo: ¡ei bro! Si te vienes conmigo vas a saber lo que es la adrenalina, vas a flipar de lo lindo.

En el siguiente sendero, le esperaba un mono vacilón con un cuelgue de la ostia, que le dijo: pasaaaaaaa tío, vente conmigo que yo tengo buena mierda.  

Y, por último, ante el tercer sendero, le esperaba Belén Esteban. No dijo nada, solo estaba ahí luchando por respirar.

¿Y por dónde voy ahora? Se preguntaba Alarico, confuso y desorientado. Ante tal ardua y complicada decisión, el joven Alarico se metió un tripi que le quedaba en su bolsillo, con la finalidad de despejarse. Sin embargo, en lugar de despejarse, murió de sobredosis.

¿Qué hemos aprendido de esta historia? Exacto, que Alarico era un drogadicto y no supo controlarse. Esta historia puede ser hilarante hasta cierto punto, sin embargo, el abuso de las drogas no es ninguna broma, es una realidad que nos afecta a todos de una manera u otra.

Me tomaré una cerveza a vuestra salud. Con un dedo de espuma, y dos de frente.