La monitora ,parte 1
Por MARTITA
Enviado el 15/06/2017, clasificado en Adultos / eróticos
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Hola me llamo Alex y os voy a contar lo que me pasó con una compañera de trabajo. Bueno más que de trabajo, yo diría que de aficiones. La chica en cuestión se llama Bea y nos dedicamos en nuestro tiempo libre a organizar escapadas por el campo y rutas, para niños de nuestro pueblo.
Os describiré para empezar, como es mi compañera:
Bea es una mujer impresionante y espectacular en todos los sentidos, tiene treinta y cinco años, es rubia con una bonita melena rizada, estatura normal, con unos ojazos claros bellísimos que resaltan en esa cara tan guapa que tiene, tiene un cuerpazo que se encarga de mantener a base de ejercicio( le encanta andar en bici) en el cual resalta un culo de impresión…… acorde con su cuerpo, duro a primera vista y muy bien formado, unas piernas torneadas y unos pechos que a mi gusto son ideales, pequeños y erguidos, coronados por unos pequeños pezones rosados. En conjunto es una mujer, muy pero que muy atractiva y tremendamente sexy. Me gustaría decir también que es una mujer muy simpática y alegre, con una sonrisa cautivadora. Es capaz de derretir a cualquiera si ella se lo propone.
Bea y yo solo coincidíamos un día a la semana, en el cual, programábamos las actividades a realizar durante el fin de semana y sí decidíamos hacer algo, nos juntábamos otro día para planificar la actividad. Para ello nos juntábamos en un local cedido por el Ayuntamiento para estos menesteres y al que casi nadie daba uso, excepto nosotros.
Esa tarde quedamos en el local para organizar una acampada con un grupo de niños, cuya duración sería de cinco días. Teníamos mucho trabajo por delante, ya que, aparte de acampar, teníamos que entretener durante muchos días a un pequeño grupo infantil.
Bea llegó al local como siempre, impecable, yo ya estaba allí abriendo las persianas, cuando bajo el umbral de la puerta, apareció ella.
Llevaba un vestido de verano, de esos de tirantes y por encima de la rodilla, estampado y de un tejido vaporoso, el cual resaltaba su figura. Iba con unos botines de verano, los cuales le daban un aire de película de vaqueros.
Bea me dijo:
- Ya estás aquí? Ufffff, que fresco hace aquí dentro……..se está mejor en la calle.
- Hola Bea, sí, acabo de llegar, estaba abriendo las persianas.
Bea se acercó y nos dimos dos besos. Al hacerlo pude comprobar que llevaba un sujetador de encaje y transparencias, que no era capaz de disimular sus pequeños pezones endurecidos, supongo que a causa del frío que hacía dentro del local.
Nos sentamos junto a una mesa y empezamos a planificar las diferentes actividades. A mi la verdad me costó bastante centrarme, ya que, al estar tan juntos no podía quitarme de la cabeza los pechos de Bea, constantemente pensaba en como sería pasar la lengua por semejante manjar.
Como seguía haciendo frío, Bea tenía los pezones como piedras……. Por mi cabeza pasó la idea de decirle que si podía hacer algo para aliviar semejante tortura, acariciarlos suavemente para que entrasen en calor, pasar mi lengua lentamente por su aureola y por todo su contorno o hasta incluso succionarlos con mis labios con delicadeza.
Tal era mi despiste que creo que ella se dio cuenta de todo, era consciente que no estaba atendiendo a otra cosa que no fueran sus pechos. Mas de una vez me pilló mirándole el escote descaradamente y hasta pude atisbar una picara sonrisa.
La gota que colmó el vaso fue cuando Bea aduciendo falta de luz, se dirigió a la ventana y se puso a subir la persiana a tope, lo hizo de un tirón brusco lo que no hizo más que, atascar la persiana en su caja superior. Bea acercó una silla y se subió encima para desencajarla.
- Ven ayúdame, no sea que me caiga, sujétame anda, dijo ella.
- Voy, ten cuidado, dije yo.
Bea estaba subida encima de la silla intentando sacar la persiana y yo allí sujetándola por la cintura. Desde esa posición podía comprobar su esbelta figura y todas sus curvas………
Observe de primera mano que Bea llevaba un tanga a juego con el sujetador, se marcaba perfectamente y desde tan corta distancia y gracias a la tela del vestido, veía los cachetes de su culo a la perfección. Tal y como yo intuía, era un tremendo culo, daban ganas de acariciarlo y por supuesto de pasar la lengua por él, lo tenía tan cerca de la cara que no me hubiera costado nada hacerlo………
Yo ya estaba excitado a tope, tenía una tremenda erección. Bea era mi compañera y amiga, pero uno no es de piedra……..me la hubiera follado allí mismo, encima de la mesa.
Muchas veces había fantaseado con ella, estaba tan buena y era tan guapa y simpática que Bea se había convertido en una especie de obsesión para mi. Últimamente cada día que nos veíamos, era un suplicio para mi, sobre todo si se acercaba el verano y Bea vestía de una forma más “sensual”, mostrando su bella figura.
Bea terminó con la persiana y continuamos planeando la salida. Decidimos que lo mejor era quedar esa misma semana, dos días mas tarde para ir en bici a reconocer el terreno in situ. Al terminar, Bea me ofreció ir a tomar algo al bar del pueblo:
- Vamos al bar, Alex, te invito a una cerveza, dijo ella.
- Venga vamos, que no tengo mucho tiempo, tengo una reunión luego, dije yo.
Allí en el bar del pueblo, sentados en la terraza, pude comprobar lo sexy que era Bea, no hubo nadie en ese bar que no se fijara en ella, estaba preciosa y era la típica mujer que hacía volver la mirada a cualquier hombre, el estar con ella en ese momento, me hizo sentirme especial. Era yo el que compartía ese momento con ella, en esos instantes, yo era el hombre más feliz en la tierra.
Tomamos la cerveza y tras una charla amena, decidimos irnos a nuestros respectivos compromisos.
Yo no tenía ninguna reunión, solo deseaba llegar a casa para masturbarme pensando en Bea y en lo que acababa de ver esa tarde, esa visión de su escultural cuerpo había hecho mella en mi. Tenía una tremenda erección, estaban mis boxer y mi pierna empapados de liquido preseminal, solo deseaba correrme de gusto y para eso era necesario recordar los detalles claramente y empezar a masturbarme lentamente recordando a esa impresionante mujer. Volvieron a mis retinas la imagen de esos pequeños pezones, endurecidos por el frío………..
Me imagine por un momento lamiendo sus delicados pechos, pasando la lengua por todo su contorno hasta hacerla estremecer…….
Mis labios succionaban los pezones con delicadeza, mojándoles después hasta hacer gemir de gusto y placer a Bea……..
Mis manos acariciaban el culo duro y respingón de Bea, esto hacía que ella sintiese unas cosquillas en sus glúteos y así Bea se estremecía de placer……..
Acariciaba con mis dedos la parte delantera del tanga, tocaba con mis yemas sus labios hinchados por el deseo…….
Bea deseaba ser masturbada, no aguantaba el placer que le estaban dando mis caricias…….
continuará.......
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