En el ir y venir de mis actividades rutinarias vislumbro muy poca probabilidad de poder cumplir mis más grandes aspiraciones de mi vida como es el caso de tener intimidad de manera frecuente, de tener mi espacio, contar mi tiempo, verme realizado como persona que llama la atención, que sobresale, que tiene luz propia, hacer lo que me agrada cuando lo desee, como lo desee y donde lo desee.
Por el momento y de acuerdo a mi particular circunstancia insípida de vida, debo actuar en paralelo a como se van dando mis eventos, es decir adaptarme y comulgar con todo aquello de lo cual estoy en desacuerdo.
Acaso es incierto lo del libre albedrio?, acaso cuando nací se me limitó el intelecto? entonces me queda claro que solo depende de mí decidir el uso adecuado de mi pensamiento, decidir cuantas horas tiene el día y el lugar en que deba descansar mi cuerpo ya inerte.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales