Denunciar relato
El amor al mar
es la entrega al deseo,
a sus profundidades,
a lo que nos importa,
a lo que nos regala éxito
con promesas sencillas,
que se cumplen.
Sopla el viento
de la fe
en lo que recibimos
como herencia.
Nos llamamos
de manera especial,
mientras esperamos
y observamos las finalidades
que nos remueven
en positivo, porque sí,
de manera cariñosa.
El mar tiene misterios
que resolvemos
cada fin de semana.
Entramos en él
para verificarnos.
Lo subjetivo
se muestra agradecido
y con una fortaleza excepcional.
Optamos por la verdad,
que impulsa
hacia los riesgos
con afán y roces suaves
que nos abren
las puertas principales.
Nos aprovechamos
con oportunidad,
y nos volvemos,
siempre nos volvemos,
al hogar.
Juan Tomás Frutos.
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