Desde pequeño me sentí fuera de todo. Fuera del mundo. Me costaba mucho integrarme en cualquier cosa. Todo requería un esfuerzo inmenso. Y enseguida te tachan de loco. O raro. Porque no haces lo mismo que hacen todos. El rebaño. Te miran raro. Y te hacen pensar que quizás no estás viviendo la vida como debieras. Pero porque algo dentro de mi me dice que todo no es como parece?
Todo es una gran mentira. Los ancianos hablan de ello constantemente. Como si hubieran visto una pelicula de cinco horas sin haberla entendido. Todo. Tanto esfuerzo. Madrugar durante cincuenta años. Esforzandote dia a dia para conseguir una migaja. Pero todo el mundo quiere más. Y todo para qué. Para quedar atrapado en un sofá enfrente de una tele. O muerto. Tanto para acabar en el cajón de madera. Dentro de mil años nadie se acordará de ti. De tus esfuerzos. De tus inseguridades. De tus miedos. De aquella chica que no te hizo caso en aquella fiesta.
Tanto esfuerzo para caer bien a subnormales que te rodean por doquier. Realmente la mayoría de la gente no sabe lo que es la necesidad. Siempre han luchado por evitarla. Su instinto de supervivencia está muerto. Nunca se desarrolló. Por que hicieron lo que les dijeron desde el principio. Por el miedo a perder la mierda que tenemos. Y todo para qué. Todo para acabar formando parte del aroma de flores frescas y podridas que emana los cementerios...
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