Denunciar relato
Un martes de lluvía te dejé escapar. Habíamos tenido, de nuevo, una de nuestras cada vez más frecuentes riñas.
Te marchaste apresuradamente en el punto álgido de la discusión y tenías tanta ira en ese preciso momento, que olvidaste coger un paraguas...
Pensé así ingenuamente que con la que estaba cayendo, volverías pronto a casa, a mi lado, que nos reconciliaríamos o fingiríamos hacerlo, como tantas veces antes.
Pero me equivoqué,la lluvia de rencor y la tormenta se habían infiltrado en las fisuras de nuestras heridas almas. Nos habíamos hecho tanto daño, que tomaste la sabia decisión de no regresar y quizás inconscientemente, en mi fuero interno, yo te había dejado escapar a propósito.
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