DESDE LA TERNURA
La ternura se da en miradas que se pierden en las pupilas del otro, en los labios que se rozan, en manos que se tocan y en risas de complicidad, en decirse te quiero y olvidarse de todo. Se da cuando escribes una carta y la llevas al correo postal con ilusión, en un padre o madre bendiciendo a sus hijos cuando los deja en el cole, en quien cocina con amor, en los besos perdidos y los abrazos bien dados. Se da en preguntar a quien quieres si ha descansado bien, si ha despertado feliz, si ya ha comido, si necesita algo. Se da en sonreírle a la vida, en el saludo amable de la mañana y la despedida cariñosa por la noche.
La ternura se encuentra en la sonrisas de los niños, en el botón de una flor que abre, en la mujer que alimenta a su bebé, en el hombre que llora, en la caricia de los amantes, en el viento que roza tu cara y tu pelo, en recibir una llamada de quien te quiere, en la ropa suave que lavó tu madre, en los atardeceres que conmueven, en los árboles que susurran con el viento, en el perfume de una mujer en candor de mañana, en los poemas no escritos, en la arena acariciada por un mar tranquilo, en las manos de los niños.
Se da en instantes, se construye en momentos y se finca en amor.
Así se da y encuentra la ternura.
No tengas miedo, date el regalo de ser tierno.
Acurrúcate en ella y hagamos una revolución de la ternura.
Luigo
Junio 2017
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