Denunciar relato
Con la hiriente mirada de un corazón fugado e inconcluso de pasiones, es que te nombró en la absoluta oscuridad de pensamientos obscenos... Y yo que te quise cuando creía; aún fugado de razones-por todos los falsos dioses que pasaron por esta mente inmunda; renegando lógicas que hasta ahora las creía herejes, ciego por mis dudas de insignificante mortal y esa maldita manía de buscar-de justificar convicciones que oí por ahí, cuando otra vez creí...
Los hechos, exhortizaron mi vista que no veía, la luz es solo un espectro romántico que se extingue lentamente; cánticos y buenas acciones no son nada con esta pérdida de argumentos añejos con los que me convencieron ustedes-poseídos penitentes...
La fe ¡ja!
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