¡A las mujeres mejor no comprenderlas!
Gritan los hombres
Llenas de mitos y de prendas incorrectas
Sensibilidad, antes que razonamientos
Muchos cuentos y lloriqueos
Reciben amantes cabrones y necios
Pero antes de ser todo esto, son perfectos y eternos
Incalculadoras y aferradas a la frialdad, después de tantas bregas
Puras e inseguras en las calles de la urbe
Tierna divinidad que detiene cualquier masa
Y a la vez enconantes hasta la destrucción
Inocentes y sensuales piernas que nos llevan hasta las puertas celestes
Mientras que con sus tristes miradas nos encierran en el infierno
Llenas de mentiras piadosas
De enojos silenciosos
Malhumoradas que buscan ser amadas
Criaturas que crean vidas
Dudosas en las tormentas
Pacíficas en el amor
Y tontas por elección
Ilusas e ingenuas, que ignoran lo grandiosas que son
Monumentos de vida, de amor y de muerte.
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