LA ERA DE LA ESTUPIDEZ
Por franciscomiralles
Enviado el 03/07/2017, clasificado en Reflexiones
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Hace escasos meses que fui al médico tras haberme hecho una analítica, y resultó que tenía
algo de colesterol por lo que la doctora me recetó unas pastillas.
¿Qué le parcería al amigo lector si yo en la consulta llevado por una arrogante ignorancia le
hubiera dicho: " ¿Sabes qué? No voy a tomar ningún medicamento, porque yo no creo en tu
diagnóstico. Esto del colesterol es una opinión sanitaria".
Con toda la razón del mundo cualquiera que me oyese diría que soy un necio, o un loco.
De un modo más o menos análogo a mi doctora de cabecera, en el año 1969 el científico
británico James Lovelock presentó al mundo la teoría GAIA según la cual el planeta Tierra es un
complejo organismo vivo en el que todo está interrelacionado; desde el reino vegetal, siguiendo
con el reino animal, en el que se incluye el hombre. Y dicho organismo es a su vez creador de su
propio habitat, en el que está implícito la bioesfer atmosférica, sus oceanos, y la tierra.
Lovelock aseguraba que existe un sistema de control de la temperatura del planeta, de la
composición atmosférica, y de la salinidad de los mares, Y todo ello está eba en equilibrio. Él
decía que si se alteran las zonas donde residen los circuitos primarios del control de
nuestro planeta como las selvas tropicales, o las plataformas continentales, pueden producirse
desastres ecológicos.
No obstante esta teoría no fue escuchada por la comunidad científica de aquella época ya que
predominaba en ella la teoría darwinista.
Recordemos que el darwinismo se aferra a la Selección Natural que consiste en que una
célula, o un animal se adaptan a un medio por hostil que sea y saca un provecho del mismo
para sobrevivir a costa de los más débiles. Es lo que comunmente se denomina la ley de la
selva. De este principio llevado a un extremo ha surgido el neoliberalismo que sirve de
sostén a muchos capitalistas que confunden a la evolución humana en todos sus órdenes
con el progreso económico y consumista.
Hoy en día todos sabemos por muchas "analíticas" que han hecho los científicos a nuestro
planeta que debido a los gases que desprenden muchas industrias se ha producido un serio
cambio climático que perjudica a nuestro ecosistema. Por tanto James Lovelock no andaba
desencaminado. En consecuencia es necesario aplicar algunas medidad políticas para retrasar o
frenar dentro de lo posible el efecto invernadero en el que estamos inmersos.
Hay que precisar que en la Historia de nuestro planeta han habido alrdedor de setenta u ochenta
cambios climáticos en los que han desaparecido diversas especies de seres vivos. Ahora de lo
que se trata es de detener a la codicia humana en aras de una calidad de vida.
Sin embargo, cuando el actual y "espabilado" presidente de Norteamérica vino a Europa y se
le planteó la cuestión, él respondió frívolamente que "no cree en estas cosas" refiriéndose al
cambio climático.
Hace aproximadamente unos tres mil años que el filósofo Sócrates dijo que el principal
mal del ser humano es la ignorancia. El hombre no andaba errado; pero yo diría que el
problema no es la ignorancia, ya que todos más o menos ignorantes en algunos temas, sino
que es la ESTUPIDEZ, que alimenta a la ignorancia.
Mas por lo que he podido ver este presidente no es el único que a una constatación empírica
de un hecho como es en este caso el cambio climático, le da una falsa categoría de CREENCIA;
de un punto de vista subjetivo, y no objetivo. Pues yo he conocido a mucha gente que
aunque una persona informada le exponga un hecho fundamentado con pruebas palpables,
ellos rechazan olímpicamente su juício objetivo; es como si el conocimiento de causa de la
persona informada no contara para nada y se le dice con una expresión de insolente burla
que su argumento es una simple OPINIÓN.
Pienso que este superficial tópico popular es un brudo reflejo de los debates políticos que
influyen en el inconsciente de la población, la cual toma a cualquier tan razonado como
imparcial enunciado por una ideología persona,l cuando no tiene nada que ver una cosa con
otra. Yo puedo ser un sujeto con una impopular ideología, y al mismo tiempo estar en lo
cierto sobre un tema determinado, al márgen de mi simpatías por un color u otro.
Claro que también esta incapacidad para llegar al fondo real de las cosas, puede que sea
una actitud de esconder la cabeza debajo del ala, y se prefiere vivir de de una fantasía
de connotaciones egoístas.
Pero por encima de todo un hecho comprobado, no es una CREENCIA como se quiere ver; del
mismo modo como la gimnasia no tiene nada que ver con la magnesia. Y si seguimos así no
sé a dónde iremos a parar.
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