Entre el podólogo y la peluquería, todos los miércoles, la verdad es que los días pasaban sin darme cuenta.
A ver , en "La Resi de las monjas" me trataban bien, pero cuesta adaptarse a una situación así. Sin mi hija al lado, cuando le necesito, sin andar por mí casa a mi aire. Vale, ya sé lo que me diréis, que estoy atendida y no me falta de nada. Es cierto. Pero, repasando un poco estos últimos meses…. ¿Qué me falta?.. La afectividad. Ese abrazo, ese te quiero, esa mano amiga, acariciando la mía. Vaya que hoy, sentía más morriña de mis hijos que otros días. Y eso que “la pequeña”, siempre venía, en cuanto su trabajo y su vida privada, se lo permitía. Como le decía a ella: “No tenía que haber dejado que nos separasen”, “aunque no me ha quedado más remedio que aclimatarme a esta nueva vida que mis hijos me han preparado”……..
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