No provoques innecesariamente...

A cualquier chica le gusta encender los deseos de los hombres... pero siempre tienes que hacerlo con cuidado.

Hace unos años tuve una cita caliente con dos amigos en este bonito hotel en frente del malecón. Pero como sólo Javier llegó temprano nos fuimos al bar en el vestíbulo. Javier estaba muy caliente y aún más con el vino que estaba bebiendo, y sentí sus manos por todas partes! Yo estaba molesta que sucediera eso con todas las personas alrededor del bar, y fue entonces que me di cuenta de que un par de mesas más cerca de la ventana había un grupo de cuatro hombres que estaban observando... nos miraban de una manera mal disimulada como si no hubieran visto un chica en días.

Al principio me asustó que me miraran tan descaradamente... pero pensé “qué diablos, también pueden calentarse nomás”. Así que fingí que no me había dado cuenta y dejé que las manos de Javier se metieran por todo el vestido o me mordiera la oreja.

Estábamos así cuando Marcos finalmente llegó y se pidió algo de tomar antes de ir a la habitación... sólo para “calentar”. Mis amigos no tenían idea de lo que estaba pasando con los chicos de la otra mesa. En ese momento no sólo estaba dando pequeños besos a uno y al otro: también abría mis piernas y se vería muy claramente que panties llevaba y los otros chicos pudieron ver un poco porque yo estaba usando un vestido de cóctel.

Finalmente... cuando nos levantamos e íbamos a la habitación, fingí que me olvidé de mi bolso y corrí de nuevo al bar, donde seguí intercambiando miradas silenciosas con esos hombres diciéndoles con el pensamiento... “ustedes saben lo que va a pasar allá arriba ... y no están invitados!!!”  Entonces les di una sonrisa de lo más amplia y un guiño que hizo uno hasta gritara y otro quedó boquiabierto, pero por entonces me di la vuelta y no me vieron riendo!!!