Denunciar relato
El hombre entró decidido al banco y entregó una nota al cajero:
-¡Tengo un arma, dame el dinero!
Presuroso, el cajero entregó tres mil dólares que tenía. El asaltante tomó el dinero, salió del banco y se sentó en una banqueta justo a la entrada. Al llegar la policía el delincuente se levantó y dijo:
-Yo soy el hombre que buscan -, y agregó...
-No soporto a mi esposa, prefiero la cárcel.
… ¡Todo estaba consumado!.
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