¡ HAY QUE SER BURGUÉS!

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Hace unos cuántos años que la finca rural que mi familia paterna tenía en Lérida colindaba con

otra no menos grande cuyo propietario había sido siempre un campesino de aquel lugar. No

obstante éste era también un hombre de amplias aspiraciones. Valiéndose de sus propios

recursos; con iniciativa y tesón se afanó en invertir parte de su capital en la mejor maquinaria, y

en los  más eficaces fertilizantes en aras de un óptimo rendimiento de la tierra hasta el punto que

se convirtió en un paradigma para los demás propietarios rurales de aquel entorno; como

asimismo llegó a escribir diversos artículos sobre agricultura en los periódicos de su ciudad.

Como a su vez estaba casado y tenía dos hijas instó a estas a emprender estudios superiores. De

manera que una fue farmacéutica, mientras que su hermana se dedicó a la docencia.

Entonces el pálpìto de este campesino de superarse a sí mismo; de ir más allá de una tosca

mentalidad habitual me ha llevado a pensar que si bien es normal que una persona recuerde sus

humildes raíces, y que incluso las tenga en cuenta para que no se le suban los humos a la cabeza,

no es conveniente que se aferre obstinadamente a ellas porque pueden ser como un tapón que

no le deje evolucionar, ya que de dicha postura se puede desprender una concepción simplista

de la vida que esté animada por inconsistentes mitos, falsos prejuicios, y una ciega fobia al

cambio, a la sutileza personal; y que a dicha simplicidad se la confunde con la noble franqueza,

con la sencilles en el trato. Es precisamente de esta cerrada actitud popular de la que han

surgido los "nuevos ricos", a los que en otros tiempos del pasado la gente de abolengo solían

despreciar.

Sé que en la mente de una gran parte de la sociedad pervive la mala fama del caricaturesco

estereotipo del señor burgués que oprime al pobre trabajdor, y se sublima enfáticamente el

concepto "orgullo de clase obrera" lo cual a mi juicio esto es un error, porque hace que uno se

acomode en sus propios límites.

Este negativo estereotipo del burgés viene del siglo XlX en plena era industrial con el movimiento

marxista. Y ciertamente los patronos industriales de aquella época que tenían resabios feudales

explotaban al trabajador; existía una horrorosa injusticia social. Claro que en una fábrica cuando

un obrero ascendía a capataz podía mostrarse tanto o más tirano que su jefe. Esto nos lleva

a considerar que por encima de cualquier clase social debe de existir una ética humana que se

enseñe desde la infancia basada en la solidaridad.

Lo cierto es que el Comunismo originariamente fue un movimiento burgués, ya que nació en las

ciudades, y que utilizó a las bases obreras para salir adelante.

Sucedió que en el siglo XVlll un pensador alemán idealista llamado Hengel dijo que el Espíritu

Humano en general era contradictorio, y giraba en torno a la relación certeza-verdad. Este

 recorrido de la conciencia humana empezaba de un modo muy simple en la Historia pero que

llegaría un día en que esta conciencia llegaría a un "Saber Absoluto".

Posteriormente a Karl Marx que no le convencía aquella teoría puesto que le parecía que el señor

que la había expuesto vivía en las nubes, sí en cambio que le gustó la idea del hombre-genérico,

gregario, por lo que profetizó un paraíso idílico proletario que gestionase a la empresa. A ello

contribuyó su amigo periodista llamado Engels quien era hijo de un fabricante el cual se había

enfadado con su padre y para llevarle la contraria se hizo revolucionario. Al final todo es una lucha

por el poder, y no hay familiares que valgan.

Sin embargo, esta idealización del mundo obrero con el tiempo cambiaría drásticamente porque

quienes terminaron por gestionar a las empresas fueron unos oscuros funcionarios adictos al

régimen comunista que eran tan puritanos e intolerantes como cualquier Torquemada.

Por supuesto que yo no justifico al desaprensivo y egoísta capitalista que mira por encima del

hombro al campesino, o al obrero industrial. Pero sí que tenga la convicción que deberíamos de

desprendernos de una falsa rusticidad anímica para adquirir cierto grado de sutileza; de agudizar

más nuestra sensibilidad y aprender a elegir mejor lo que la vida nos depara, dentro de nuestras

posibilidades.  Por ejemplo una buena prelícula, un libro interesante, una música...

¿Que cada uno es como es? Si tan fuera sí no iríamos a la Escuela. ¿Que se puede caer en el

snobismo? ¿Que el snob es una figura ridícula que sólo,vive de apariencias?

Es verdad. Pero el sujeto snob un día irá a un sitio a escuchar un concierto de Mozart y

efectivamente se aburrirá. Pero en la medida que siga escuchando esta pieza musical, su oído

poco a poco se irá educando porque nadie nace sabiendo, y puede acabar apreciando la riqueza

espiritual de la misma.

Y aunque el Lenguaje, el Arte, y la Poesía surgen del pueblo, es la burguesía la que se encarga

de preservar, y de cuidar cada una de estas manifestaciones, o expresiones.

Así pues que debemos de abrir la ventana de nuesta evolución personal, porque el aferrarnos a un

modelo de vida montaraz y populista no tan solo caemos en la tiranía de las masas, sino que

también acabamos viviendo como los topos en todos los sentidos.

 

 

 


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