LA SOMBRA DE UNA VIDA (Primeras líneas)

"La Sombra de una Vida" convertida en una biografía novelada, que sí bien es la misma novela, ahora está actualizada en corrección de ortografía y puntuación, para que sea en todo momento la lectura cuasi perfecta que se merece el lector.

INTRODUCCIÓN

Después de mucho pensarlo Paloma se puso en manos de un profesional… Hacía varios años que la terrible depresión la azotaba por dentro y había hecho mella en su aspecto físico, tanto que estaba casi irreconocible, se miraba al espejo donde no conocía a quien estaba reflejado en él, esto último fue lo que la llevó a la conclusión de que debía ponerse en contacto con un psicólogo.
Ese había sido el consejo que día tras día todos, amigos y familiares le habían dado, pero Paloma se mantenía reacia, pensaba y decía que estaba bien, que no le ocurría nada, pero ahora ya no podía engañarse ni a sí misma, ni ella se aguantaba, aparte de darle miedo muchas de las cosas que pasaban por su cabeza, era cobarde y para hacer aquello tenía que ser valiente y ella no lo era.
Habían pasado tantas cosas en su vida que no se creía capaz de contárselo a nadie ni tan siquiera a un médico, primero fueron sus padres, luego su hermano y lo último lo había vivido en su propia persona, aunque "vivir" no era la palabra más adecuada que podía usar para incluirla en sus charlas cuando se tumbara en el diván de la consulta. Sus padres ya no estaban en este mundo descansaban en paz desde hacía casi dos años, su hermano al que ella quería, había enfermado de esa cruel epidemia que engancha y que mata a tantos jóvenes y lo último lo ocurrido por querer y confiar tanto en un hombre terminó olvidándose de que además de ser una mujer era por encima de todo una persona.

Tendría que refrescar un poco la memoria, ya que en esos tres años había pasado casi de todo, tenía claro que no le sería fácil el contar su historia y más a un extraño, pero debía hacerlo, ahora que estaba sola y ocurriese lo que ocurriese no perjudicaba a nadie, tan solo a su ego que iba a sentirse humillado por lo que contaría, pero era su vida y el contar una verdad nunca debe de ser motivo de vergüenza.
Era el año 1978 y tan solo tres años antes habían ocurrido todos los acontecimientos que provocaron aquella depresión que había ocultado y que ahora había decidido que vieran la luz cuando acudiera a la consulta del especialista.
En Madrid y con tan solo treinta y cinco años, Paloma iba a protagonizar una historia que la había hecho madurar lo suficiente para darse cuenta que la vida no se termina con la muerte de un ser querido, ni con los problemas que son evidentes en una convivencia con un hermano enfermo, como tampoco debería acabar cuando una relación de pareja se rompe.
Quizás era lo que había estado pensando todo este tiempo, pero ahora era su decisión la que le demostraría que con ayuda se puede volver a nacer, a respirar y pudiera ser que a volver a vivir...

©Adelina GN

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