La vía está cortada
Por Luis Alberto Serrano
Enviado el 28/07/2017, clasificado en Reflexiones
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Anoche, por enésima vez, se me aparecía en mis pensamientos de cama la imagen de una vía de ferrocarril. No llegaba a ser un sueño puesto que siempre se me aparecía cuando estaba despierto. Me gusta mucho y me transmite mucha paz, pero cuando camino por ella, acabo llegando a un espacio en que la abundante vegetación me cierra el paso y me impide seguir. Y eso es lo que había quedado para contarle a mi amiga de confesiones esa noche en la cena. Necesito aclarar que me quiero decir a mí mismo con esa imagen recurrente.
Ella es más reflexiva y sabe más de la vida que yo y, por eso, ve las cosas más claras. “Obvio”, me dice, que la vía del ferrocarril es el camino que sigo en la vida y que transcurre por senderos llenos de vegetación y que, al estar alejada de la ciudad, puede representar mis ganas de libertad. No la veo muy equivocada. Me sigue contando que el que la vía del ferrocarril se corte me quiere decir que ese no es el camino, que por ahí no voy bien, que tengo que tomar otra ruta. Que raro si a mí, el camino, me gusta. Acabó la conversación en que yo debía descubrir porque se me representa el final de un camino que me gusta.
Me volví a casa y, después de la ducha, me metí en la cama con la imagen del carril en mi cabeza. Si el camino me encanta, ¿porqué quiero que se corte? No le encontraba explicación. Tras días, estuve dándole vueltas a la cabeza hasta que una tarde, en el trabajo, me di cuenta de que mi vida era demasiado lineal, demasiado programada. Mi pasaje iba demasiado por railes. Le conté a mi amiga por teléfono y me dijo que ella también había pensado que el que la vía fuera vieja, simbolizaba el pasado. ¿Eso quería decir que había que cerrar el camino del pasado? ¿Me estaba yo diciendo a mí misma que tenía que cambiar el estilo de vida? Quedamos para tomar un café y volvimos a confrontar nuestros pensamientos. Llegamos a estar de acuerdo en todo: No debería seguir por una vida monótona que no me deja salir de los raíles establecidos, aunque no tenga futuro.
Esa noche no volvió la foto a mi cabeza, cosa que me sorprendió y me quedé dormido casi sin pensar en ello. A la mañana desperté y recordaba un sueño en el que corría por un prado donde no había carreteras y el bosque, alrededor, estaba más lleno de claridad. Hoy, después del trabajo me iré al teatro y durante el fin de semana voy a buscar senderos hacia la libertad porque me lo ha dicho un sueño.
TWITTER: @luisalserrano, @foto_relatos
Este relato está basado en una foto, de mismo título, de la fotógrafao asutraliana Bella Rose (@bellarosecitygirlgoescountry)
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