Hoy a la tarde estuvo bien. La peque llegó con esa energía que le caracteriza y con ese ánimo positivo que me llena de vida. Me puso un pañuelo del cuello, una chaqueta fina roja, de esas que me compró M., que no abrigan pero hace su efecto, y nos largamos. He de decir que hoy estaba menos dormida que ayer, pero dormida. Nos sentamos en un banco y charlamos. Ella me preguntaba cosas, como. ¿Qué has comido? ¿Quién ha venido hoy? ¿Te tratan bien? O me dice el día en el que estamos, si es fiesta, etc. Yo le contestaba lo que me acordaba, o asentía lo que podía. Estas preguntas me hacían recordar, un poco, mí día a día. Es importante para mí. Llegamos al claustro y fuimos a beber agua. Serían, las seis menos cuarto y la peque se despidió hasta el día siguiente, en esto que llegó la mayor, la que casi nunca aparece. Venía con alguna pasta. No me apetecía mucho. No le iba a hacer un feo.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales