CRÓNICA INDIGNADA

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Tengo la suerte de que mis escritos son leídos, por tal motivo, voy a
hacer una crónica un tanto atípica, ya que hacía algún tiempo que solo
utilizaba este privilegio que me concedéis para trasmitir mis
sentimientos y que fuesen leídos por vosotros, mis avances en el mundo
literario. En un principio os daré una buena noticia, me editan una
novela. Es una editorial de Córdoba que ha creído en mí y en mi
trabajo como escritora. Por otra parte, y centrándome en el tema que
no me gustaría que formase parte de este escrito, comenzaré criticando
a los trabajadores sociales que llevan los asuntos de la Mancomunitat
de la Baronía. Como muchos pensaréis después de leer esta crónica, ni
Ayuntamientos, ni organizaciones respecto a las ayudas a los
necesitados, tienen a bien ayudar, al contrario parece que con sus
normas las personas puedan llegar a perecer y de ese modo “muerto el
perro se terminó la rabia”. Pertenezco y estoy censada en el pueblo de
Torres Torres, desde donde deben prestarme las ayudas pertinentes y
que después de dos años recibiéndolas, un mes sí y otro también he
tenido problemas a la hora de pedirlas, ya que cada vez los
trabajadores sociales, modifican el protocolo a su antojo. Me dieron
una lista de los alimentos que podía comprar, después de todo este
tiempo, ahora no se me permiten algunos de necesidad, como puede ser
el insecticida para las moscas o una carne de aguja que compro, por
ser esta más económica que la permitida. Haré caso a lo que me dicen y
no los compraré, pero lo que no voy a permitir, ni aún estando en la
situación de necesitad en la que estoy, que se rían de mí, ni que me
digan como debo de tomar el desayuno, así como me han dicho que la
leche la tome solo con azúcar, me la tomaré como me salga del
mismísimo. Y esto va dirigido al trabajador social Álvaro, que cumple
con su carrera universitaria, los lunes en el Ayuntamiento de Torres
Torres. Al cual debo agradecerle su certera información cuando tan
solo hace una semana le pedimos cumplimentar la ayuda para el mes de
agosto y nos dijo que no habría ningún problema. Citándonos para otro
día, claro, está que ese día que ha sido hoy 31 de Julio, ya no
entraba en el plazo. De ese modo no tengo ayuda para el mes de agosto.
 Esta ha sido otra de mis crónicas, otro de mis escritos en el que
brevemente quiero explicar la lucha y el sin vivir que supone tener
que confiar la alimentación diaria y los gastos de una familia de dos
miembros, a los trabajadores sociales, pues ellos son con los que
tienes que pelear mes a mes para que te adjudiquen una ayuda que ellos
reciben para los necesitados. Por eso voy a comenzar una tarea que he
pospuesto hasta hoy, y es que se investigue, ya que a mí se me niegan
ciertas ayudas, si son concedidas a otros vecinos con la misma
necesidad.

¡Quiero saber a que tengo derecho¡ Gracias

  Adelina Gimeno Navarro


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