Te pensé y te he pensado hace tanto tiempo que no proyecto que soy más torpe de lo que era, te pienso en el borde de la cama con mis codos en las rodillas esperando tu silueta ingresar por la puerta, me desvanezco en la espera, el frío inmortaliza mi alma, pero mis manos aún deseosas de tu llegada, mirando el techo e imaginando el encuentro repasando cada de detalle por que quiero que sea el recuerdo más perfecto posible, todo se basa en este encuentro el único encuentro que tendremos donde habrá que demostrar la tibieza de los cuerpos y el ardor de nuestras mentes, te pienso y te espero nerviosa de tus labios, de tus caderas acercándose, cada segundo derrite y provoca, proyecto tu perfume impregnado en mi cuerpo, siento tus pasos acercándose, tocas la puerta y yo me paralizó, me levanto a abrir la puerta tratando de pensar que decir y que no, al abrir la puerta te aprecio y te ves hermosa, con tu sonrisa clara y tus ojos felices, te abrazo para no esbozar palabra y tu perfume me impregna en lujuria, aferrada a tu cuerpo en aquel abrazo que no quería que terminara jamás, me encuentro tu cuello y descanso hasta cuándo tu preguntas cómo estoy, me alejo de ti y dos segundos me obsesiono en tus ojos, tu bajas la mirada con resultado de nervio, tomé tu rostro levante tu cara, intenté entregarte calma, y me acerque a tu boca deseosa y desesperada, me devolviste ese suspiro de aceptación sumado a un beso profundo, deseoso, intenso y tomas mi cintura avanzas un paso para cerrar la puerta, sellando con ello este pacto de gloria, devolverme la vida, un momento, el momento, que hará que te piense el resto del tiempo...
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