Qué casualidad, me encuentro con un niño y le pregunto “Quien eres tú”
Me responde:”tú soy tú”
Le respondo “yo”
Me responde si tú: “Quiero saber de ti, de mi, si de ti, ahora de adulto”.
“De mi porque”
Para saber si mantienes en el recuerdo cuando yo jugaba, en aquel jardín que rodeaba nuestro pueblo.
Yo: La verdad no, solo en circunstancias extrañas como estas.
Me responde: Acaso no recuerdas aquellos momentos, en los que resonaba el cantar de las aves, en las tempranas mañanas, y las cálidas tardes primaverales.
Yo: Tengo algunos recuerdos muy superficiales y muy lejanos, has de tener presente que han transcurrido mochos años desde entonces, han pasado muchas cosas y sucedido muchos sucesos.
Niño “Que mas recuerdas”
Yo “poco mas, quiero recordar el olor, que desprendía la mezcla de árboles y plantas que la brisa del viento hacía llegar, con tan dispares y diferentes olores.
Niño “Solo eso”
Yo “Recuerdo estar echado sobre un manto de hierba y flores silvestre, retozar frotar nuestras ropas e imprégnalas de las fragancias, que manan las distintas hierbas y flores al ser unas partidas y otras aplastadas.
Niño “Acaso no recuerdas cuando te escapabas al rio o al canal”
Yo “No lo tengo muy claro”
Niño “Te refresco la memoria”
Yo “Esta bien refréscamela”
Niño “Acaso no recuerdas, como cogías cangrejos en los agujeros de la paredes del rio cubiertas por el agua”
Yo “Si, ahora me viene a la memoria, que a veces me iba con mi tío que es un poco mayor que yo, me explicaba cómo hacer la regida con las manos.
Ansanso
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