Una tarde de lluvia
Por son de mar 7
Enviado el 31/08/2017, clasificado en Adultos / eróticos
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Allí estaba, junto a su amigo del alma tanto tiempo desaparecido… hablando de cosas banales, de cómo les había tratado la vida en los últimos años. La conversación empezó a fluir por otros caminos más íntimos y el corazón empezó a latir con fuerza. Nunca le gustó contar sus privacidades y se sintió indefensa ante aquél que tantas veces le dio placer sin saberlo.
Sabía que no debía, pero lo deseaba ardientemente. Su mente intentaba convencerla de que no podía ser. Ahogó sus temores en un apresurado trago de licor, y él le tendió la mano.
Sin dudarlo, acudió a su llamada, se sentó en su regazo y sus bocas empezaron a saciar la sed del momento. Las manos buscaban sus senos, que acarició y recorrió con su lengua. Ella comenzó a desabrochar su camisa, esas malditas camisas de botones minúsculos… se la habría arrancado con gusto. No podía creerlo, allí estaba con su amor secreto, con el que se sorprendía soñando algunas veces y nunca había olvidado.
Fueron a la cama, allí terminaron de desprenderse de la poca ropa que les quedaba. La imagen de ese miembro tan erguido y dispuesto la sobrecogió. Estaba hecho a su medida, sin duda. Su humedad se hizo muy evidente, hacía siglos que nadie le provocaba esa excitación. Besó todo su cuerpo, tal y como había soñado antes. No podía esperar a sentirlo dentro de ella, suyo aunque fuese un instante.
Le miró, ¿eres tú? Esta vez no es un sueño. Es real…
Nunca pudo contarle lo que había sentido aquella tarde de lluvia. Él no quería saberlo, aquello fue un desahogo, simplemente, algo sin consecuencias ni complicaciones. Volvieron a sus vidas como si nada hubiese ocurrido, pero en su recuerdo siempre permanecería aquél de su alma, ya no tanto su amigo.
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