Yo había sido él, había tenido exactamente las mismas actitudes y acciones con otra persona, no se lo que él pensaba ni sentía, pero todavía me acordaba de lo que sentía cuando era yo quien las hacia. La relación había llegado a su fín. Porqué algo tan malo como lo que yo había sentido hacia años , otra persona lo estaba sintiendo estando al mio.
Otra vez sola por no conformarme con los restos. El cosmos me la había devuelto... Tenía que pasar. Somos espejos.
Eso son las relaciones, reflejos, mímica.
Pero hay que ver con los ojos , por mucho que se sienta con el corazón, tomar distancia y decidir con la cabeza. .....
Y, ahí fue cuando lo hice, me prometí que jamás volvería a mendigar amor, me prometí que la coherencia y las señales serían mis protectoras, entendí que un amor se va para aprender a estar contigo misma, que jamás volvería a reclamar atención, que nunca más perdería mi esencia y que siempre sonreiría ante las adversidades, que nadie podría hacerme tanto daño, que ninguna enfermedad podría conmigo, que daría amor y serenidad y ayudaría a todo aquel que pudiese aunque quizá yo necesitase más ayuda. Y comprendí que hacer caso a uno mismo y ser tu mismo es mejor que intentar cambiar
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