EL BUEN AMOR
Por franciscomiralles
Enviado el 09/09/2017, clasificado en Amor / Románticos
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A mediados de los años 80 del siglo pasado un tal Fernando que era un hombre de cuarenta
y cinco años de edad el cual gozaba de una intensa vida mundana, vivía con su anciana madre
que le cuidaba con esmero. Y aunque trabajaba de administrativo en una empresa que fabricaba
tejidos, su gran pasiónera el cine; pues cuando iba a ver una película se fijaba especialmente en
la fotografía, en la planificación, en el guión, y sobre todo en la dirección de actores; tanto era
así que consiguió colaborar en un diario local de su barrio comentando los últimos estrenos de
films de la temporada que había visto.
Sin embargo llegó un mal día en que su madre sufrió un irreversible infarto cardiaco que se la
llevó de este mundo dejándole a él completamente desamparado; en un vacío afectivo
indescriptible. Por eso su hermano mayor al reparar en su caótica situación le dijo:
- Mira Fernando. La vida da muchas vueltas,y tú ya no eres ningún chaval. Necesitas casarte
con una buena mujer que te cuide.
- ¡De ninguna manera! El matrimonio de nuestros padres, que se apoyaba en un modelo
tradiciona emanado de la iglesia y que les unía durante años y años se ha roto, y ahora la vida
conyugal se ha vuelto algo impredecible, arriesgado - le respondió Fernando con esceptismo-.
Más vale estar solo que mal acompañado.
No obstante un día cuando entró en un restaurante de Rambla Cataluña de su ciudad para
almorzar el corazón le dio un vuelco porque en una mesa cercana vió a una antigua amiga
llamada Margarita que la había conocido hacía bastantes años en una escuela de Inglés.
Fernando recordaba que ella era una chica "progre" o inconformista que leía la revista de cine
FOTOGRAMAS, y cuando Fernando la abordó ambos al ver que compartían una misma afición
(el cine) enseguida se estableció ente ellos una fuerte corriente de simpatía.
En aquellos años los " progres" eran unos jóvenes de espíritu burgués con inquietudes culturales
que representaban una evolución, un ir hacia adelante respecto a otras generaciones de antaño,
tanto en el aspecto político como social, cuyo movimiento se manifestó en el Mayo del 68 a raíz
de la Guerra del Vietnam; aunque muchos de ellos no salían de su ámbito teórico y se movían
en la ambivalencia al formar parte de una generación puente que oscilaba entre la vieja tradición
y la modernidad.
Y a pesar de que Margarita no era una mujer que encajara en los cánones de la típica belleza
femenina, ya que era de estatura meediana; morena, con el cabello corto, y con unas gafas
de montura gruesa, Fernando pudo advertir que se hallaba ante una mujer de una rica vida
interior; razón por la cual Fernando se sintió atraído por ella como si fuese un imán.
- ¡A mí me interesa todo tipo de expresión artística. Sea la pintura, la literatura. Y el cine es un
compendio de todas estas cosas - le dijo ella en una ocasión.
A menudo Margarita le comentaba con una brillante agudeza las películas que había visto, y
Fernando se extasiaba al escuacharla, porque se sentía reconocido, acogido por aquella joven ya
que Margarita hablaba su mismo idioma conceptual.
En consecuencia Fernando cuando estaba con Margarita le parecía que se elevaba por encima
del medio ambiente que le rodeaba, el cual se le antojaba más anodino e insulso que nunca y que
además negaba taimadamente la singularidad personal de cada sujeto; y que por eso mismo
constituía un fraude.
Entonces Fernando sentía por ella un profundo amor que emanaba de lo más hondo de su ser que
le hacía olvidarse de las otras mujeres que había conocido.
En la medida que pasaban los días aquel nexo cultural y de simpatía mútua de la pareja sirvió
de puente para que se estableciese entre ellos un alto grado de confianza personal. Así que
simultáneamente a las salidas que hacían para ver algún espectáculo, Margarita le confiaba a
su acompañante sus problemas familiares, o de trabajo; y a su vez Fernando a la pobre, le daba
alqún que otro discurso sobre su modo de pensar acerca de la sociedad.
-Contigo se puede hablar. Hasta ahora para mí el cine ha sido un sucedáneo de comunicación.
Pero tú me haces caso, me haces sentirme bien - le dijo ella un día a Fernando.
Seguidamente Fernando la abrazó, y se besaron apasionadamente en la boca,y se dieron la
lengua con frenesí.
Aquel contacto físico les llevó a hacer una excursión a un pueblo de Camprodón de la provincia de
Gerona, donde allí se acostaron en la cama de un hotel, y fornicaron sin reservas. Pues aquella
entega de sus cuerpos hizo que su relación amistosa fuera más franca, más consistente.
Lo malo fue queun día Margarita le confesó a su acompañante que había ido con unas amigas
a un ba musical, y allí se había encaprichado de un sujeto cualquiera sin ninguna aspiración
culturaly se iba a vivir con él.
A Fernando la noticia le sentó como una patada en el estómago, y la regañó por ir a la deriva; por
ser tan inconsecuente con su inteligencia, su rica personalidad. Pero no hubo nada qué hacer y
dejaron de verse.
Así pasaron los años hasta que Fernando la volvió a ver en aquel restaurante. Sigilosamente
se acercó a ella y la llamó por su nombre. Margarita seguía casi igual de joven, y con mejor
aspecto. A continuación se fusionaron en un cálido abrazo de reencuentro en el que se esfumaron
los sinsabores por los que habían pasado.
Y tras contarse atropelladamente algo de sus vidas Margarita dijo:
- Me he equivocado mucho con los hombres.
- Todos cometemos errores - respondió Fernando-. ¿Vamos mañana al cine? - sugirió.
-¡Sí!
Y es que el buen amorse fundamenta en una compatibilidad de carácteres.
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