Sentir, emocionarse, amar, desear...

Estoy intentando estar cómoda con las emociones. Cuando alguien cerca de mí comienza a sentir una emoción, un deseo, un placer, un sentimiento profundo que logra verse en su rostro y en sus gestos, comienzo a sentirme incómoda y vacía. Desde que mi vida cambió a los 10 años de una manera drástica, imponiéndome una situación que no pude controlar por mí misma, y no fui capaz de expresarme y pedir ayuda, simplemente enterré todas estas emociones y angustias muy dentro de mí. Aprendí a poner siempre una sonrisa a pesar de sentirme triste o angustiada. Una cara seria sin ninguna emoción cuando la situación me desconcertaba o enfadaba, siendo incapaz de expresar mis verdaderos sentimientos y pasiones. Todo esto por el hecho de pensar que mi personalidad no será aceptada, es decir, miedo al rechazo. La timidez que proyecto a los demás es solo mi manera de proteger mi interior apasionado y atrevido, enjaulándolo en unas paredes impenetrables, que ni siquiera yo misma las puedo destruir. Estoy en un momento en que mi interior pide salir a gritos, pero por más que quiera salir de su prisión, no encuentro la manera de dejarlo en libertad.

Me siento pérdida y desorientada, necesito esa cura especial hecha para mí. La estoy buscando cada día, unos días con muchas ganas, otros con desesperanza y otros con desgana pero pensando que quizás hoy es el día en que me den mi primer beso, y conozca lo que es enamorarse siendo fiel a mí misma.