Era un día como otros en 1973. Como todas las mañanas llegó al viejo Hospital Rawson el Dr. Aldo Paules, 31 años, gastroenterólogo.
Se dirige al pabellón en donde trabajaba y bajó un piso para ponerse el guardapolvo.
Era un salón no muy grande con placares personales y una cama que se ubicaba en la parte posterior. De donde tenía el suyo no se podía ver toda la habitación.
Pero al ir al baño vió tirado en la cama muerto al Dr. José Pérez.
En realidad no lo conocía mucho ni sabía nada de su vida ya que era unos 15 años mayor y se dedicaba a otra especialidad: diabetología.
En 7 años habían conversado en pocas ocasiones y casi siempre de cine.
No obstante por lo brusco se queda mirando sin moverse como desconcertado y sorprendido.
En ese momento entró el subjefe el Dr. Kamal y le dijo parcamente: debió ser un infarto.
Pobre hombre justamente estuve charlando ayer, y parecía preocupado, pero no le presté atención. Como persona era intrascendente pero no parecía mal tipo dijo Aldo.
Eso es lo que vos cres me replicó Kamal.
Desde que asumió el nuevo gobierno estaba denunciando a médicos como zurdos, aunque no lo fueran y después desaparecen. A algunos los encontraron muertos.
Aldo no se había enterado ya que eran casi 1000 médicos y no era de darse mucho en el trabajo con los compañeros.
Adonde los denunciaba preguntó ingenuamente.
No se dijo Kamal lo que si se sabe es quiénes son.
¿Quiénes? a triple A.
Qué bárbaro no parecía ese tipo de persona.
No solo eso era coordinador de la AAA.
¿Qué? pregunto Aldo y como llegó ahí.
Lo que pasó es que hace casi 20 años que atendía por su diabetes al brujo, y ni bien asumió lo llamó. Se ve que el paciente sabía que clase tipo era.
Hace 20 días comenzó a recibir unas tarjetas como esta dijo mientras buscaba en los bolsillos de Pérez.
La tarjeta estaba fechada 25 días atrás y dibujada una tapa de cajón, con la inscripción “Te quedan 30 días de vida” La firma era ERP.
Pero recibió una sola dijo Aldo.
No le respondió Kamal una todos los días con te quedan 29,28,27 así y no llegó a 0.
Bueno pibe ya te conté demasiado. Esto vos no lo escuchaste, nunca te lo dije. Me voy y quédatea cuidarlo.
Igual no va a ir a ningún lado dijo para romper la tensión con un chiste estúpido.
Kamal lo miró con cara de perdonarle la vida.
Al rato llegaron el Jefe, el Director y la policía.
Sin decirle nada le hicieron una seña como para que se vaya.
No habló de esto con nadie.
Al que no vio más fue a Kamal, alguien le dijo que lo había matado la policía.
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