Compañera de trabajo, 2ª parte.
Por MARTITA
Enviado el 07/10/2017, clasificado en Adultos / eróticos
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Creo que ella al darse cuenta de que estaba excitado y totalmente empalmado por su culpa, decidió jugar conmigo.
Cansada de estar de pie, Tamara cogió una silla y decidió ponerse a mi lado, es cierto que perdí de vista su escote y con ello deje de ver su pecho, pero ella pegó sus piernas y su cuerpo al mío, pasando a estar mucho más juntos. Como yo soy más alto que ella, todavía tenía una vista más elevada y a veces su blusa se abría y volvía a contemplar su perfecto pecho dentro de ese bonito sujetador de encaje.
Tamara cogía apuntes en un cuaderno y cada vez que centraba su atención en ello, yo aprovechaba para colocarme la polla, que seguía dura pero ahora ya empezaba a estar húmeda debido al liquido seminal, éste brotaba lentamente humedeciendo mi piel y mi boxer a la vez.
Yo sólo pensaba en lo buena que estaba Tamara y en las decenas de posturas que formaría con ella mientras me la follaba, me encantaría disfrutar de todo su cuerpo, saborear esos riquísimos pezones rosados y pequeños, pasaría mi lengua por el contorno de sus pechos lentamente hasta que llegado el momento, succionaría esos pechos hasta llenar mi boca con ellos... acariciaría esa bonita cara, despacio, sin prisa, haría que abriera la boca y así poder disfrutar del sabor de sus labios y de su lengua, jugaría con ella, dejaría que me metiera su lengua hasta el fondo de mi boca y yo disfrutaría con cada rincón de su cavidad bucal. Luego bajaría mis manos hacía su sexo, acariciaría la parte interna de sus muslos, separaría sus piernas y mi lengua buscaría su sexo... pequeños lametones se centrarían en sus labios vaginales, luego, una descarga eléctrica que recorrería toda su espalda, sacudiría a Tamara tras lamer suavemente su clítoris. Ella al recibir semejante ración de sexo oral solo podría jadear de gusto y arquear la espalda en señal de placer...
Mis labios atraparían sus pliegues vaginales y mi lengua seguiría jugando con su pequeño botón, lamería sin descanso su clítoris hasta hacerla estallar en un intenso orgasmo:
- Ahhhhhh que gusto Alexxxxx, me corrooooooo diooooooossssssss……….
De repente Tamara me dijo:
- Alex, estás bien?
- Eh….? A sí, perdona, estaba un poco ensimismado, dije.
- Ya veo, ya, te estaba hablando y tenías la mirada perdida. Dijo ella.
- Perdona Tamara, estaba pensando en otra cosa, dije con cara de circunstancias.
Tamara miró disimuladamente hacia mi polla y al ver semejante erección se dio cuenta obviamente, que mis pensamientos estaban encaminados hacia otra cosa muy distinta del informe que teníamos que estudiar.
Yo por mi parte, no pude más que excusarme y levantarme para ir al aseo.
- Perdona Tamara, voy un momento al baño, a ver si me despejo un poco, dije.
Tamara me dejo pasar y yo me dirigí al aseo que teníamos en la oficina. El aseo es de esos pequeños en los que a pesar de tener puertas distintas para hombres y mujeres, los techos y la parte de arriba están comunicados.
Yo tenía muy claro que la única forma de despejarme era hacerme una buena paja pensando en Tamara, tenerla tan cerca de mi era una pasada, mis hormonas estaban a tope y estaba claro como me iba a desahogar…..
Entré en el baño, como estábamos solos, ni tan siquiera cerré la puerta con pestillo y me situé delante del espejo y del lavabo. Desabroché mi pantalón y dejé que mi boxer cayera mostrando mi polla totalmente erecta, estaba dura , se marcaban las venas perfectamente y el glande estaba mojado completamente. Cogí mi polla con la mano y comencé a meneármela despacio, el prepucio subía y bajaba lentamente, el hecho de estar lubricado facilitaba el movimiento y esto hacía que fuera más placentero para mi. Mi pensamiento estaba en Tamara, pensaba que era su mano la que me masturbaba.
Estaba disfrutando con aquella paja cuando de repente me pareció oír un pequeño ruido, agudice el oído pero no logré escuchar nada más, en cambio noté una ligera sombra en el techo. Esto me confirmó que Tamara había entrado en el baño intentando no hacer ruido aunque la sombra le había delatado.
Al no hacer ruido supuse que su visita al baño era para expiarme, así que, puse en marcha un plan casi sin pensarlo, para ver hasta donde llegábamos.
Volví a cogerme la polla y comencé a masturbarme de nuevo, pero esta vez, de una forma mucho más rápida y violenta, con cada acometida surgía de mi boca un pequeño gemido:
- ah , ah, ah, ahh, ahhh, aahhh, ……
Quería que Tamara se diera cuenta de lo que estaba pasando y de que, si me estaba masturbando, era por ella, me había excitado y ahora estaba haciéndome una paja en su honor.
Seguía sin oír nada, pero la sombra en el techo, delataba su presencia al otro lado. Decidí dar un paso más y comencé a gemir un poco más fuerte para que ella pudiera oírme claramente:
- aaahhhh, aahhh, aahh, aaahhhh,
El aumento de la velocidad de mi mano, hacía que mi polla estuviera a punto de explotar, sólo pensar que ella estaba detrás de aquella pared escuchando, era suficiente para estar aún más excitado si cabe….
Era consciente que no podía alargar más la paja, ya que, en teoría Tamara estaba en la oficina esperándome, así que, incrementé el ritmo y mi mente se puso a pensar solamente en sus pechos, en esa preciosidad de pezones….
- aaaahhhhh, aaaaaahhhhhh, ahhhhh, ssssiii, sssiiiii, , mis gemidos aumentaban en intensidad hasta que notando ya próxima la eyaculación, salió de mi boca su nombre…..
- aaaahhhhh Tamaraaaa sssiiiiiii ddiiooossssssss queeee gussstoooooo aaaaaaaaahhhhhhh
Lo cierto es que no quería decirlo pero debido a la excitación, mi mente me jugó una mala pasada y solté su nombre acompañado de diversos gemidos al correrme de gusto.
Un chorro abundante de leche caliente y viscosa salió disparado de mi polla hacia el lavabo, tras él, salieron varios chorros más….
Quedé exhausto y también relajado y satisfecho por aquella magnifica paja, pensar en Tamara había sido lo mejor…..
Lo que me dejó atónito fue el escuchar claramente un ruido en el baño de al lado y un posterior sonido como el que hace una puerta al cerrarse. Estaba claro que Tamara había estado allí y seguramente habría escuchado su nombre cuando me corrí.
Procedí a asearme y a limpiar lo que había manchado y tras dejarlo todo igual que estaba, salí del baño camino de mi mesa, Tamara estaba allí sentada como cuando me fui, pero su comportamiento era un poco más nervioso, movía las manos y no encontraba postura en su silla….
-Bueno, ya me he despejado un poco, perdona por el retraso, dije.
- No pasa nada, este informe es larguísimo, dijo ella.
Tamara seguía moviéndose y yo sabía porqué……. Estuvo en el baño y sabía que me había masturbado pensando en ella y eso no se lo esperaba…. Seguramente su cabeza estaría dándole vueltas a lo que acababa de pasar…….
-Estás bien? Te veo un poco agitada, dije mirándole a los ojos.
- Sí, no pasa nada, sólo estoy un poco cansada, dijo Tamara.
- Vamos a dejarlo para mañana, si te parece bien, esto es un trabajo muy pesado, dije.
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