Phallus dei

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Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
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Se hizo el silencio. Como no iba a hacerse ante la contemplación de “aquello”. Paco, que así decía llamarse (y de apellido debería ser simplemente 'me', y así conjuntaría 'pacomé' que es a lo que invitaba su miembro) desabotonó su bragueta y dio libertad condicional al preso, la justa y necesaria para que este se desahogara. Se aproximó a la gran mesa y extrajo con cuidado aquella monumental verga, extendiéndola cual liebre muerta a la vista de todas.


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