Cría cuervos

Valentín había nacido en el seno de una familia “patricia” y acaudalada        

Cuando tenía 5 años nació su hermana Felicita, pero desgraciadamente la madre falleció a los 2 años.   La familia tenía solamente 3 integrantes. 

Vivía en una enorme casona en el lugar más costoso de San Isidro.  

 La vivienda era envidiable, por fuera tenía el aspecto de antigua, pero en su interior estaba dotada de los elementos más modernos.     

El padre, poseedor de doble  apellido, pensaba que sus hijos, sobre todo el varón debía estudiar mucho como para seguir el próspero negocio familiar.

 El lema que tenía era que “el conocimiento a  latigazos entra mejor”  (y esto era lo más leve de su forma de comportarse) T

Tenía otros vicios mayores como ser profundamente discriminador, pensando que  los que no eran la raza por él soñada no eran seres humanos, negros, morochos, y otros.

Su pensamiento político se situaba a la derecha de Le Pen y reflexionaba de monseñor Lefebre como de los curas que trabajan en las villas, toda esta  gente, opinaba, debería  trabajar en forma esclava y posteriormente eliminarlos.

 Habría mucho más que escribir de los defectos del padre pero sería muy tedioso.

Valentín creció concurriendo a escuelas de doble escolaridad y bilingües.

Fue un alumno destacado, pero si en una materia sacaba 9.89 recibía del padre una soberana paliza por dedicar poco tiempo.

  Con sus amigos comenzó a leer a autores como Federico Engels, Nicolás Bujarin, Herman Gorter  y otros.

A medida que se iba convenciendo de estas ideas, cada vez más pensaba que el padre era para ser condescendiente  un monstruo.  

Terminado el secundario y un estudio terciario de Licenciado en economía, comenzó a trabajar en la empresa familiar. (dejó las ideas políticas por poco remunerables)

La situación con el padre le generaba angustia, y  podría haberse ido de la casa (tenía más de 30 años) pero en el fondo extrañaría la comodidad económica y pérdida de “estatus social”, como tantas veces había escuchado y disfrutado.   

Con el pasar de este tiempo el padre enfermó del corazón y fue perdiendo la vista, pero con la medicación no la estaba pasando tan mal.      

Pensó mucho sobre su desgraciada vida, analizó profundamente y planificó cada detalle hasta que se decidió.

Valentín llamó a Roberto y le pidió que fuera a su casa.   Le dijo que esperara en un cuarto contiguo y se puso a conversar con el padre.

Este le pedía reiteradamente que le alcanzara los medicamentos porque no se sentía bien. 

Primero tenemos que hablar algunos temas le contestó Valentín.

Ante todo te voy a contar que me gustan los hombres y te voy a  presentar a mi novio que está al lado, con el que me voy a casar.     

Que!!!!! respondió el padre ya con una palidez marcada vos sos como llaman ahora …..homosexual????? Y te vas a casar??? Pregunto cayéndose.

En un instante ya no respiraba. Valentín esperó media hora, no sea cosa que yerba mala……….  

 Y llamó a Felicita y a Roberto.

 Entre todos llamaron a un médico que certificó la muerte.

 Pasado todos los trámites velorio,  entierro y posterior cremación y papeleo de  herencia, un día se sientan a conversar Filicita y Valentín.                                      

Ella le preguntó que le habría pasado al padre que a la mañana estaba bien y para qué había invitado al novio de ella, Roberto. La respuesta fue que no tenía explicación.                                                                                                          

Ahora que heredamos toda la fortuna vos y yo podemos ser los Presidentes y a Roberto lo nombramos CEO.  

 Pasados unos días Valentín salió de la casa en busca de una muchacha que había conocido y con la cual sentían que estaban enamorados. Y tal como había supuesto….. nada….. nada de remordimiento, nada de arrepentimientos… nada.