Vuelve!!

Hace más de 4 meses que te extraño. 4 meses son demasiados para no sentir, para no gozar, para echar de menos tu sabor, tu olor…

Decididamente te echo de menos más de lo que me gustaría reconocer. Maldigo el segundo en el que dije aquella frase que terminó con todo lo más sincero que tenía. Acabamos con el momento del día de libertad, de ser nosotros mismos, de olvidarnos de todo, de perder la memoria, la razón y el sentido. 

Ahora siento tu perfume, y mi cuerpo sigue reaccionando como lo hacía entonces. El corazón se acelera, el sexo se humedece….pero no puedo tocarte, ni besarte, ni hacerte gozar hasta que no podamos más. No hay nada que pueda reemplazar lo que hacían esas manos. Te echo tanto de menos que cuando me masturbo pienso en ti, que cuando me corro acabo llorando como una niña. 

Quiero que vuelvas, quiero que vuelva tu pasión, ese vicio insaciable que no tenía freno. Quiero que me lleves al cuarto de atrás, que me empujes contra pared para besarme fuerte y duro. Quiero que me susurres al oído que me deseas, que me vas a hacer tuya y que me vas a reventar y a darme placer hasta que no pueda más.

Quiero que metas tus manos bajo mi ropa, y aprietes fuerte hasta que duela. Quiero que desabroches mi sujetador y toques mi pecho mientras muerdes mi cuello sin dejarme ni que me queje. Ponme húmeda, tócame el coño por debajo de mi pantalón. Sabes que siempre te recibe bien, caliente y húmedo. Tú ya sabes dónde tienes que tocar y qué tienes que hacer. Quiero ver cómo te pones vicioso solo de ver que ya estoy húmeda y jadeando sin haber prácticamente empezado. Cierro los ojos y siento tu mano en mi coño, tus dedos acariciando mi clítoris, no puedo evitar suspirar, aunque tú te empeñes en que no haga ruido. Sigue, sigue….sigue y ya. No lo puedo controlar, el primero siempre llega rápido, como alivio de las ganas irracionales de tenerte conmigo. Pero tú no tienes bastante con eso, lo sé, yo tampoco. Quiero más. Coge mi culo y aprieta fuerte. La señal inequívoca de que me tienes ganas, ganas de romperme entera. Me dices que te toque y lo hago. Qué maravilla!! Tu verga esta fuerte y dura, preparada para embestir, pero tú no quieres aún. No quieres ni que la mueva, solo quieres que vea lo cachondo que estas. Primero quieres que yo goce, pero yo me muero por comerme esa polla, solo de pensarlo podría correrme. Pero tú no me dejas, sigues acariciando mi clítoris cada vez más fuerte mientras muerdes con saña mi cuello. Toda mi piel se eriza y los jadeos se escapan de mi boca igual que se escapa el placer de mi sexo. Pero tú no paras de mover tu mano y tus dedos en mi coño. Te separas un poco, me miras a los ojos y tus dedos entran fuerte en mi vagina hasta el fondo. Como sabes que me gusta!!! y te gusta ver la cara de placer que pongo, como pongo los ojos en blanco y me encorvo para recibirte. Me dices que me siente sobre tu mano y la folle. Me siento en tus rodillas con tu mano entre tu muslo y mi coño y empiezo a moverme con fuerza y empujando hasta que tus dedos no pueden llegar más adentro de mi sexo. Te siento tanto, tan dentro, tan fuerte que me corro sin poder sofocar un jadeo intenso. Quiero que me dejes comerte, quiero meter tu polla en mi boca, quiero acariciarla con mi lengua. Te pido que me dejes y accedes. Te bajas el pantalón y esa polla juguetona queda al descubierto frente a mi cara. La meto en mi boca. Despacio, suave, rozándola suave con mi lengua, a la vez que la introduzco en mi boca hasta el fondo, dejándola ahí quieta, saboreándola, calentándola. Siento sus envites, cada vez se pone más dura y yo cada vez más húmeda. Me chupo mis dedos, bien mojados que van a buscar tu culo. Bien mojado, suave, te gusta que lo toque, te pone muy cachondo que te toque mientras tengo tu polla en mi boca. Mojo más mis dedos y voy metiendo mi dedo en tu culo y tu polla crece dentro de mi boca. Pero ya no puedo más, me voy a ahogar y la saco de mi boca. Te doy la vuelta, apoyo tu torso sobre la mesa dejando tu culo frente a mi cara y mi lengua va directa a tu culo mientras mis manos acarician tu polla y tus huevos. Eso te vuelve loco y empiezas a decir burradas, que quieres reventarme, que te pongo vicioso, que me quieres romper y humillarme. Yo me sonrío por dentro y me pongo muy cachonda, porque sé que no puedes esconder el vicio y la pasión que llevas dentro. Me paras, te apartas, me subes a la mesa, me abres de piernas y tu polla entra como un ariete en mi coño, hasta dentro, fuerte, un envite, otro, otro….mientras me miras con cara de odio, como si de verdad quisieras hacerme daño, agarrando fuerte mis tetas para atraerme hacia ti. Yo me doblo, te siento dentro como si fueras mío. No sabes por dónde cogerme para darme más fuerte, solo empujas y empujas. Yo solo puedo jadear, mi garganta se seca y no puedo acallar mis jadeos. Me dices que me calle y me tapas la boca mientras sigues embistiendo sin piedad. Te miro a los ojos y sabes que me voy a correr. Me preguntas si estoy lista. Yo asiento como puedo y me dices, pues vamos y los dos nos abandonamos a la convulsión y los espasmos de un orgasmo que lleva meses esperando. Exhaustos, sudando y oliendo a sexo. 

Así debía ser, así era hace 4 meses. Ahora solo hay deseo reprimido y un orgullo estúpido por no querer reconocer que en el sexo estamos hechos el uno para el otro. Solo sexo, sin barreras, sin dobleces, sin prejuicios ni resentimientos. Puro sexo sin ataduras.

Ahora mismo huele a ti, huele a sexo, y yo tengo que quedarme aquí quieta, solo soñando con volver a tenerte en mis brazos y en mi sexo. Vuelve, mi sexo te lo pide a gritos. Vuelve a hacerme tuya!!!