Hoy tenía un día complicado. No sabría decir muy bien lo que me pasaba, pero no estaba bien. Esta mañana, nos hacían jugar con una vara de plástico y las subíamos arriba y abajo. ¿Os acordáis de Epi y Blas?, pues lo mismo, pero con personas de más de noventa años……... Me aburría, me quedaba dormida, en definitiva estaba en otro mundo y poco me importaba si levantaba la vara azul o la bajaba. No me motivaba. A mi edad no sabía muy bien lo que me podía estimular. La presencia de mi hija, me hacía dibujar una sonrisa y hoy especialmente, coincidieron los dos hermanos “pequeños”. Fue tranquilizante para mí verlos. “La pequeña” evitaba estos encuentros. Estos últimos años han tenido sus más y sus menos y no querían que yo sufriese. Era inevitable. Me daba cuenta de la situación que se vivía en mi familia, más de lo que ellos imaginaban.
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