Llevo trabajando en este sector, más de diez años y os aseguro que ni en los peores momentos de mi vida laboral, he asistido a los despropósitos que se están aplicando por parte de los órganos, mal llamados referenciales.
No puedes venir con un plan más o menos establecido ya que quienes tienen la capacidad de resolver situaciones, son imprevisibles.
Ayer mismo, a primera hora, quien ejerce de este cargo, JM, se dedicó a pasar su mano por el cabello de los residentes para establecer el grado de humedad que tenían y deducir quien de nosotras había secado con secador y quién no.
Y me pregunto a pesar de considerar, que es importante para nuestros mayores que tengan una higiene adecuada, ¿no es más importante, observar o preguntar a quienes tienen la capacidad de responder acerca de su calidad de vida, afectiva que quienes les atienden les dan?.
JM, continuó con su revisión y no pudo encontrar más “cabezas mojadas”, el resto de la mañana se dedicó a intentar que desarrollaremos actividades “in situ” a las residentes que lo único que querían era descansar y que les dejásemos tranquilas y en paz.
Y eso fue lo que hice, saltándome las normas establecidas por esta mente pensante que se ganaba un sueldo analizando el grado de humedad del cabello de nuestras residentes.
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