Una niña pequeña se vio sorprendida por el castigo que su madre le impuso, por haber estropeado un rollo de papel de regalo, con el que a la niña se le ocurrió envolver una caja de cartón vacía.- La madre la castigó por desperdiciar el papel en nada provechoso.-
A los pocos días, la madre celebró su onomástica y la pequeña la volvió a sorprender con una nueva caja vacía, envuelta en papel de regalo.- La madre le reprendió a la niña diciéndole: “ Cuando a alguien le des un regalo, se supone que tiene que haber algo dentro.”.- La pequeña miró a la madre con sorpresa, y le dijo: “ No está vacía, está llena de besos para ti.- Todos son para ti.”.-
La madre, en ese momento sitió morir de vergüenza, y abrazando a su hija, con todo el cariño que en ese momento rebosaba, le pidió perdón.-
Esta mujer sorprendida por la lección que acababa de recibir, guardó la caja vacía en su mesita de noche, y cada día al acostarse la abría para recibir un beso de su hija.-
El destino quiso que esta niña,- una vez hecha mujer-, tuviera que ausentarse de su casa por trabajo, dejando el domicilio y teniendo que emigrar a otra ciudad, dejando en la soledad de la misma, a su madre.- Ésta, cuando se sentía triste y derrumbada, sacaba la caja vacía de su hija y extraía de la misma un beso, con el mismo amor que su hija lo había depositado en ella.-
Todos en esta vida hemos recibido una caja llena de cariño, de amor, de amor incondicional y de besos de nuestros hijos, nietos y demás familiares… ¡Nadie jamás tendrá una propiedad tan valiosa.¡
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